- El TD Systems Baskonia tuvo la suerte de contar ayer con el mejor Dragic, y lo notó. El escolta esloveno, al igual que su equipo, lleva una temporada repleta de altibajos y ha enlazado partidos notables con otros en los que no se ha encontrado cómodo y Dusko Ivanovic apenas ha contado con él. Ayer tuvo uno de esos días en los que le salió todo. No partió como titular, pero en cuanto entró en pista su presencia se hizo notar, encadenando un triple y una canasta de dos puntos y aumentando la ventaja local por encima de los diez puntos por primera vez en el encuentro.

A partir de ese momento, Dragic se fue creciendo en el partido, se volvió omnipresente y anotó canastas de diferente factura en cada uno de los cuartos. Además de sus habituales bandejas cortando hacia canasta por la espalda de los defensores, estuvo muy acertado en el tiro exterior, consiguiendo encestar sus tres primeros intentos desde más allá de los 6,75 metros. Celebró cada una de sus canastas con rabia y cerró su actuación con un magnífico dos más uno que le sirvió para alcanzar los 17 puntos, convirtiéndose en el máximo anotador baskonista.

No es la primera vez que el jugador protagoniza una actuación de este calibre esta temporada, pero le está costando ser importante con regularidad. Esta misma semana, por ejemplo, solo consiguió anotar 4 puntos contra el Zalgiris y 6 -todos ellos desde la línea de tiro libre- contra el Asvel. Días como el de ayer, sin embargo, demuestran que cualidades tiene de sobra para completar partidos con cifras anotadoras altas. Su rendimiento suele ir ligado a su motivación y ayer, por ejemplo, anotar su primer triple le dio confianza para seguir atacando la defensa maña.

A pesar de ser el mejor escolta del equipo, las ideas de Dusko Ivanovic están dificultando que el esloveno tenga más protagonismo esta temporada. Dragic suele salir malparado tanto cuando el montenegrino apuesta por un quinteto grande como cuando prefiere jugar con pequeños. Cuando Vildoza y Henry están bien, Ivanovic suele optar por jugar muchos minutos con dos bases sobre la cancha, lo cual deja fuera de la ecuación a Dragic, que pocas veces ha sido una opción para el puesto de alero.

Sí que ha ocurrido, sin embargo, lo contrario, que un alero ocupe su posición. Cuando Ivanovic ha apostado por un quinteto con muchos centímetros y un triple poste con Peters, Polonara y Sedekerskis compartiendo minutos en la cancha, Giedraitis ha sido una opción para el puesto de escolta por su manejo de balón, velocidad y buen tiro exterior. Incluso Arturs Kurucs, en quien el entrenador todavía no confía lo suficiente como para cederle la responsabilidad de jugar en el puesto de base, ha jugado de escolta.

Además, al no ser un jugador que destaque por su físico y cualidades defensivas, necesita tener una buena noche en ataque para que Ivanovic no prefiera sacrificarlo e introducir opciones más sólidas en tareas de contención. Lo que está claro es que cuando tenga días de inspiración como el de ayer, en el que siempre estuvo bien colocado, entró a canasta como un cuchillo en la mantequilla y castigó los espacios concedidos por el Zaragoza desde el triple, contará con protagonismo y el equipo agradecerá su presencia.