- El Zalgiris Kaunas, rival esta noche del Baskonia, sufrió un duro contratiempo en verano cuando perdió a Sarunas Jasikevicius, el hombre que había dirigido al equipo durante los cuatro años y medio anteriores y que lo colocó entre los mejores del continente. El técnico lituano decidió aceptar una jugosa oferta del Barcelona, que le dio la opción de dirigir a una de las plantillas más poderosas de la Euroliga y dar un paso adelante en su carrera como entrenador. El movimiento dejó huérfano al Zalgiris, que se encontró con la difícil tarea de encontrar un técnico capaz de hacer olvidar a quien en 2018 logró clasificarlo para la Final Four.

Finalmente, la entidad apostó por el joven austriaco de 38 años Martin Schiller, sin experiencia al frente de un banquillo europeo. Fueron muchas las dudas acerca de la capacidad de Schiller para retomar el meritorio trabajo realizado por Jasikevicius durante tantos años, pero el movimiento ha terminado siendo un total acierto. El Zalgiris comenzó la temporada arrollando a todos los equipos que se le cruzaron por el camino. El conjunto lituano ganó seis de sus primeros cinco partidos, desplegando un buen baloncesto y colocándose líder de la competición. Bajó el nivel al encadenar seis derrotas consecutivas, pero ahora vuelve a rendir a pleno nivel con ocho victorias en los últimos diez encuentros y un balance de trece victorias y nueve derrotas, superando ya su cifra total de triunfos en Euroliga de la pasada temporada, cuando ganó doce partidos.

Actualmente, el equipo está en puestos de play off al ocupar la séptima posición y peleará por mantenerse ahí hasta final de temporada. La mano de Schiller se notó desde el primer día en el estilo de juego del Zalgiris, eléctrico, vistoso y basado en aprovechar al máximo las transiciones, similar al que el técnico ha visto en Estados Unidos en las tres últimas temporadas, en las que ha estado entrenando allí.

El sueño de Martin Schiller, apasionado por el baloncesto desde pequeño, fue siempre ser jugador, pero a los 18 años se dio cuenta de que su físico no le permitiría llegar lejos y optó por centrarse en tener una carrera como entrenador. A partir de entonces, Schiller comenzó a formarse y a ejercer como técnico asistente en algunos banquillos de la Bundesliga alemana y de Austria, como el Düsseldorf, el TSG Bergedorf, el WBC Wels o el Artland Dragons. En 2015 le llegó una oportunidad de oro al pasar a formar parte del cuerpo técnico de la selección alemana y ocupar el puesto de asistente en el Riesen Ludwigsburg, donde permaneció hasta 2017, momento en el que fichó por el Salt Lake City Stars, equipo de la liga de desarrollo de la NBA, para vivir su primera aventura como entrenador principal.

Allí demostró por qué en sus etapas anteriores se había ganado la fama de ser un técnico con gran capacidad de formar jóvenes talentos y consiguió que varios de sus jugadores dieran el salto a la NBA y pasaran a formar parte de la plantilla de los Utah Jazz, franquicia propietaria de los Salt Lake City Stars, como es el caso de Juwan Morgan, Tony Bradley o Georges Niang. En su primera temporada en Utah, su equipo sumó 16 victorias en 50 partidos, que se convertirían en 27 en el curso 2018-19 y en 30 la pasada temporada, a pesar de que los últimos ocho partidos no se disputaron debido a la pandemia.

Sus notables números y su capacidad para pulir diamantes en bruto convencieron al Zalgiris, que ya apostó en su día por Jasikevicius cuando tenía una edad cercana a los 38 años de Schiller para dirigir a su equipo. De momento, el fichaje realizado por Paulius Motiejunas está resultando ser un éxito y Schiller está destacando como uno de los entrenadores europeos más prometedores, con mucho margen de progresión. No solo ha conseguido implicar a jugadores jóvenes como Jokubaitis, que está cuajando un gran año. También ha logrado que el Zalgiris juegue bien a baloncesto y consiga resultados desde el primer día del austriaco en la oficina.