- La inesperada derrota ante el Alba Berlín, que ha supuesto un serio revés para las aspiraciones continentales del Baskonia, ya es historia. El calendario no permite acomodarse en las victorias ni rumiar los desencantos durante excesivo tiempo. Por eso, esta tarde emerge una buena oportunidad ante un rival directo en todos los frentes competitivos para que los alaveses se fortalezcan nuevamente como colectivo tras el sopaso recibido hace 48 horas.

Los enfrentamientos ante el Valencia Basket también se han convertido de un tiempo a esta parte en un clásico dentro de la Liga ACB, donde la posición azulgrana es mucho más desahogada que fuera de las fronteras. Los pupilos dirigidos por Ivanovic sí pueden incurrir aquí en algún desliz tras haber resuelto favorablemente once de los últimos doce compromisos.

El problema radica en que, con el paso de las semanas, el TD Systems está perdiendo algo de pujanza en los enfrentamientos directos ante determinados iguales. Se percibe en el entorno que su plantilla es demasiado corta como para aspirar este ejercicio a conmovedoras gestas y un reducido grupo de jugadores sigue acumulando una preocupante carga de minutos en sus piernas. Y todo ello por no hablar de la insuficiente aportación de jugadores lejos de su mejor versión como Vildoza, Dragic y Jekiri.

El center nigeriano ha involucionado respecto al arranque de la temporada y, junto a Fall y Diop, fue un espectador de lujo en la fatídica velada ante el Alba. Los pívots tan móviles del cuadro teutón, capaces de salirse al exterior y lanzar, hicieron que Ivanovic prescindiera por completo de sus tres cincos en una decisión cuando menos controvertida.

Hoy puede ser una buena ocasión para que el Baskonia trate de potenciar sus virtudes y su planteamiento no se vea tan condicionado por las características taronjas, si bien los hombres altos de Ponsarnau -léase Labeyrie, Williams y el propio Tobey- también suelen abrirse al exterior para tratar de lucir la fiabilidad de su muñeca. En este sentido, la previsible ausencia de Dubljevic -todavía no está al cien por cien tras haber sufrido el coronavirus- podría suponer un verdadero alivio.

La excelente inercia vitoriana en el frente doméstico rivalizará con la no menos positiva dinámica de un Valencia Basket que, si bien está perdiendo algo de fuelle en Europa, ha empezado a demostrar su jerarquía en la ACB. En su caso, son nueve las victorias consecutivas que encadena, algo que le ha servido para subsanar un titubeante arranque liguero que le hizo temer seriamente por su clasificación para la Copa del Rey.

Antes de otra semana con emociones fuertes donde aguardan el Asvel Villeurbanne (miércoles) y el Zalgiris (viernes) en la Euroliga, el Baskonia afronta un test de altura contra un rival que, de momento, se le ha dado bien esta campaña. Tras sendos partidos agónicos, el conjunto vitoriano consiguió domar al Valencia Basket por un escaso margen. En la ACB selló su objetivo gracias a un triple sobre la bocina de Luca Vildoza (76-73), mientras que en la Euroliga hizo lo propio de forma más angustiosa si cabe (71-70) tras remontar 17 puntos de desventaja.

Entre el anfitrión levantino, que tiene un gran fondo de armario, sobresale en los últimos tiempos el buen estado de forma de Labeyrie. Ponsarnau también se nutre del saber estar de Van Rossom en el timón, la experiencia de San Emeterio, la energía del todoterreno Kalinic o la clase de Williams. Prepelic será duda hasta el último momento, mientras que su compatriota Marinkovic trata de coger el tono físico ideal tras varios meses de baja debido a una lesión en el hombro derecho.