Era una jornada de ACB pero ante un equipo de Euroliga que también busca su espacio entre la flor y nata continental. Y lo cierto es que el Baskonia no superó otra prueba verdaderamente exigente. La salvaje intensidad del Valencia Basket dejó sin ningún tipo de resuello al fundido equipo vitoriano, cuya excelente racha de victorias en el frente doméstico se vio frenada de un plumazo.

La visita a la Fonteta, cancha de grato recuerdo donde el TD Systems festejó meses atrás la inolvidable cuarta Liga ACB de su historia, deparó esta vez un serio disgusto. Lo más preocupante es que confirmó la imparable línea descendente azulgrana en esta campaña, todavía inmersa en su ecuador pero donde empiezan a pintar bastos ante la pérdida de empuje y competitividad de los pupilos de Ivanovic.

Un nuevo tropiezo a orillas del Turia que, si bien no hace excesivo daño a nivel clasificatorio, permite constatar la pérdida de pujanza de un colectivo cada vez más plano y, sobre todo, desgastado a nivel físico. Ni fue un accidente puntual ni un mal día, nada por el estilo. La tendencia del Baskonia es la de un grupo que va claramente a menos mientras el aire ya no llega a los pulmones ni al cerebro. El Valencia Basket, dotado de un fondo de armario muy superior, volvió a abrir los ojos a todo el mundo en un partido sin ninguna clase de respuestas en las filas alavesas. Otro golpe bajo que se suma a las malas sensaciones dejadas días atrás ante el Fenerbahce, el Maccabi o el Alba.

La alegría de los primeros compases de la temporada se ha extraviado. Ivanovic, un técnico que siempre muere con su guardia pretoriana, enarboló esta vez la bandera blanca de la rendición mucho antes del bocinazo final. Los cuatro canteranos disputaron parte los minutos de la basura mientras en el banquillo cogían algo de oxígeno unos pesos pesados incapaces ya de mantener el extenuante ritmo de la temporada.

No se puede acudir a la guerra con un ejército tan famélico y el TD Systems comienza a emitir síntomas de desgaste, tanto a nivel físico como mental. Un altanero Valencia Basket se permitió el lujo de descartar a Williams y mantiene entre algodones a otros primeros espada como Prepelic, Dubljevic y Marinkovic, pero ello no afectó lo más mínimo a su rocoso engranaje. Ponsarnau va sobrado de recursos en comparación con Ivanovic.

Fue una sesión baloncestística de discreta calidad presidida por el encefalograma plano baskonista. A la postre, guarismos de minibasket para un Baskonia sin ninguna clase de mordiente que se desmoronó por completo a raíz de ese esperanzador 14-23 del minuto 12. El dominio alavés hasta ese momento, eso sí, había tenido la coartada de los constantes fallos del Valencia Basket desde la línea del 6,75. En cuanto los disciplinados hombres de Ponsarnau mejoraron levemente la puntería, el partido terminó convirtiéndose en una pequeña tortura.

Definitivamente el Baskonia vive el momento más bajo del curso. Entre el cansancio acumulado y el absentismo labores de jugadores lejos de su mejor nivel, se vio desbordado por el físico, el ritmo y la perfecta circulación de balón de la tropa levantina, que se nutrió de la solvencia interior de Tobey, tuvo en Kalinic a un elemento indescifrable y también dispuso de bases más cerebrales que aportaron algo de cordura a un partido por momentos caótico.

La tercera entrega de esta temporada entre vitorianos y taronjas no discurrió esta vez por cauces de igualdad. El Baskonia respiró tranquilo hasta que las muñecas del anfitrión entraron en calor tras un concierto de desacierto que no entraba en ningún guión. A raíz del primer triple local en el duodécimo intento, obra de San Emeterio en el minuto 13, se desató la tormenta levantina y un parcial de 17-2 constituyó el principio del fin.

Los cincos recuperaron su lugar en el equipo, si bien su incidencia resultó anecdótica. Jekiri dejó entrever su mal momento y Fall tan solo hizo acto de presencia para levantar el brazo cada vez que se le señalaba una falta. Dos guerreros como Kalinic y Dragic llevaron la voz cantante en el plano anotador, prueba inequívoca de los trazos siderúrgicos de un partido de pico y pala. Las defensas se impusieron a los ataques con la certeza de que la parálisis azulgrana resultó más alarmante. Y a la vuelta de la esquina, otra semana con tres partidos que puede agravar el panorama.

Dragic

Llevó el peso anotador del Baskonia en una notable primera parte. Coincidiendo con un terrible golpe contra el suelo de Prepelic que le hizo un corte en la barbilla, ya no pudo jugar más.

17-2

parcial decisivo

A raíz del primer triple taronja en el minuto 13, obra de San Emeterio, el TD Systems se fue del encuentro.

Se acaba la gasolina El Baskonia emite preocupantes síntomas de fatiga en un tramo decisivo de la temporada y ayer quedó comprobado ante un rival directo en todos los frentes dotado de una profundidad de banquillo muy superior pese a la baja por decisión técnica de Williams. La debilidad azulgrana en todas las facetas fue manifiesta.

Doce minutos de efímera ilusión Los constantes fallos del Valencia Basket desde el perímetro -Fernando San Emeterio hizo diana por primera vez en el minuto 13 tras once errores- dieron algo de vida al equipo vitoriano. Sin embargo, a raíz del 14-23 llegó el hundimiento azulgrana en un encuentro que terminó convirtiéndose en una pesadilla.

Ivanovic Las dudas invaden ya a un Baskonia que ha perdido la frescura y la alegría de los primeros compases de la temporada. El montenegrino necesita recuperar física y anímicamente a un equipo que se está cayendo de forma peligrosa en un tramo decisivo. Con todo perdido, retiró de la pista a sus agotados pesos pesados y apostó por los jóvenes para los minutos de la basura.

Tras el primer triple taronja en doce intentos, el Baskonia desperdició su renta (14-23) y se fue de un partido convertido en una pequeña tortura

Pese a dejar en la reserva a Williams o contar con varios jugadores recién salidos de lesión, los levantinos lucieron su gran fondo de armario