Queda todavía un mundo para la conclusión de la fase regular de la Euroliga, pero las urgencias en el seno del Baskonia no se pueden disimular tras las últimas derrotas ante el Fenerbahce y el Maccabi. A dos victorias de la octava plaza y con cada vez más equipos involucrados en la pelea, el margen de error se ha reducido sobremanera y ceder algo más de terreno puede ser la puntilla definitiva de cara a las aspiraciones azulgranas.

El objetivo fijado antes del pistoletazo de salida, consistente en obtener el pasaporte para el Top 8, se ha convertido definitivamente en un camino repleto de espinas. Por tanto, no es cuestión de desaprovechar las buenas oportunidades que depara el calendario a la vuelta de la esquina con el fin de tratar de subirse al codiciado tren que conduce hacia la flor y nata continental.

La de hoy debería ser, sobre el papel, una jornada propicia para retornar a la senda positiva en la Euroliga. Y es que comparece en el Buesa Arena el Alba Berlín, sin el glamur de otros transatlánticos de la canasta y uno de los conjuntos más terrenales fuera de las fronteras. Ello no quita para que disponga de virtudes susceptibles de mantener al rival prevenido y con las oreja tiesas.

La capacidad de desequilibrio en sus puestos exteriores, la notable pareja interior conformada por dos viejos conocidos de la Liga ACB -Luke Sikma y Ben Lammers- y su consabida riqueza táctica para desplegar un baloncesto de altas revoluciones le convierten en un forastero peligroso. De hecho, el Alba ya ha salido airoso esta campaña de pistas tan difíciles como las del CSKA, Valencia Basket y Estrella Roja.

El propio TD Systems engordó recientemente su casillero de víctimas pese a que en la acera de enfrente del Mercedes-Benz Arena apareció un plantel lastrado por las sensibles ausencias de Peyton Siva, Markus Eriksson o Luke Sikma. Estos tres jugadores, capitales en los esquemas de Aíto García Reneses, ya están recuperados de sus respectivos problemas físicos.

Al frente de todos ellos también estará en Vitoria el incombustible entrenador madrileño, que a primeros de esta semana se reintegró a los entrenamientos del adversario azulgrana tras superar el coronavirus. El fatídico precedente de lo sucedido el pasado 5 de enero en Berlín continúa muy presente en la mente del Baskonia, al que esperan tres duelos asequibles en la Euroliga -Alba, Asvel y Zalgiris- para tratar de recortar la desventaja respecto a los equipos que le preceden en la tabla clasificatoria.

Puede que su nombra no diga tanto como el de otros gigantes de la máxima competición continental o que venga de encadenar seis derrotas consecutivas en la Euroliga, pero el Alba es un visitante a respetar que la pasada temporada ya estuvo a punto de profanar el Buesa Arena. Tan solo lo evitó aquel postrero triple de Janning y el tapón a renglón seguido de Shengelia a Sikma.

Un rival alemán de gatillo fácil, al que se le caen los puntos de los bolsillos y que imprime un ritmo elevado a los partidos. De ahí que la defensa azulgrana deba ser mucho más contundente que en jornadas precedentes para evitar problemas innecesarios. La sangría de canastas en contra acontecida en las recientes visitas a Estambul y Tel Aviv no puede prolongarse durante más tiempo si los de Ivanovic pretenden recuperar el terreno perdido.

La vuelta de Jayson Granger al Buesa Arena añadirá picante a la velada. El uruguayo, cuyos fantasmas con las lesiones han desaparecido, está siendo una de las grandes referencias anotadoras del Alba en esta temporada, aunque el conjunto teutón reparte muy bien los roles entre todos los componentes de un plantel sin apenas diferencias entre titulares y suplentes.

Hacerse fuerte en casa en lo que resta de fase regular constituye poco menos que una obligación para el Baskonia, obligado a evitar un nuevo resbalón que le descabalgue casi de manera definitiva de la encarnizada lucha por inmiscuir su figura entre los ocho mejores.

El conjunto alemán recupera a tres de los lesionados (Siva, Eriksson y Sikma) que no pudieron actuar en el Mercedes-Benz Arena

Una nueva derrota en casa podría descabalgar casi de forma definitiva a los de Dusko Ivanovic de la pelea por la octava posición