La Euroliga capea una de las temporadas más complicadas de su historia, tras cancelar la anterior por la pandemia. Su consejero delegado, Jordi Bertomeu, explica que esperan algo de público en la Final a Cuatro de Colonia (Alemania) y reclama superar "los prejuicios" contra "el negocio en el deporte".

El máximo ejecutivo de la principal competición del baloncesto europeo, que ha conseguido levantarse tras sufrir una merma del 30 por ciento en su negocio al no acabar la anterior campaña, destaca la colaboración con clubes y ligas para solventar los aplazamientos por los brotes de COVID-19 y considera que el futuro del congestionado calendario europeo no podrá ser "sin contar con la economía".

Durante una larga conversación, con motivo de la edición número 200 de las informaciones semanales sobre la Industria del Deporte, Bertomeu repasó la situación actual de la Euroliga, su crecimiento económico y la apuesta por la tecnología, para lo que van a constituir una empresa para captar innovaciones e incluso invertir en algunas compañías.

Estamos en enero y la mayoría de los equipos han jugado casi todos sus partidos, ¿esperaba haberlo conseguirlo cuando arrancó la temporada en octubre?

En general hemos tenido que cambiar fechas del 7% de partidos en la Euroliga, y 15% en la Eurocopa. Antes de empezar la temporada era bastante optimista, creía que las reglas nos permitirían gestionarlo.

El problema de las restricciones a los viajes no se produjo, pero sí hubo positivos en determinados clubes, y el enfoque cambió, los reglamentos cambiaron, pasamos un octubre y mitad de noviembre bastante malos, pero al final del mes de noviembre ya empezamos a recuperar la normalidad de jugar lo previsto, algo casi festejado.

Los equipos han hecho un trabajo muy bueno y estamos jugando todas las semanas con normalidad. Hemos pasado el Rubicón, con momentos de dificultad, pero estamos satisfechos.

¿Le preocupa que esta tercera ola pueda llevar a restricciones en las fronteras europeas?

Sí, nos preocupa, pero tenemos una normativa que nos permitiría responder a esto hasta cierto punto, si se llega al bloqueo del año pasado habría que cambiar la perspectiva. Si las cosas van como van, y quiero ser optimista, cuando pase esta ola tendremos más gente vacunada y no estaremos como el año pasado.

¿Qué ocurrirá con que la 'Final Four' de Colonia (Alemania), podría tener que jugarse a puerta cerrada?

Es muy pronto para saber esto, habrá que esperar. Hay que descartar que tengamos el pabellón lleno, pero no descarto que tengamos público, porque el estado alemán donde vamos a jugar es de los que ha estado mejor, pero es imposible hacer una predicción.

Confío en que a final de mayo tendremos público, si tendremos el 50% o el 30% es lo que en estos momentos nadie sabe... No sería razonable pensar en que estuviera lleno.

¿Cancelar la temporada pasada fue la decisión más difícil de su carrera?

- R: Sin duda, nunca me había pasado tener que cancelar una competición, y llevo en esto desde 1983. Encima en un momento en el que la competición estaba preciosa, los datos de audiencia, público y redes sociales estaban disparados.

"EL FUTURO DE LOS CALENDARIOS SERÁ CONSECUENCIA DE OTRO MODELO"

Esta campaña, con los aplazamientos tanto por parte de la Euroliga como por las ligas nacionales, ¿ha sido el triple salto para el congestionadísimo baloncesto europeo?

Si, si ya era difícil de gestionar, ahora es una locura. La colaboración que estamos teniendo con las Ligas y espero que ellas con nosotros, ha ayudado, todo el mundo ha entendido que hemos de tener mucha flexibilidad, también las televisores. Creo que en este sentido, pese a toda la situación tan tensa de calendario que ya vivimos en una temporada normal, y que este año se ha multiplicado por 100, la colaboración con las ligas ha sido muy buena.

Esta colaboración que comenta, ¿podría dar lugar a un mejor entendimiento con las ligas para buscar una solución al calendario?

Nosotros no tenemos un problema de calendario significativo con las ligas. En España quizás lo vemos en el ángulo nacional, pero en Europa trabajamos con 13-14 ligas y no tenemos problemas. Claro que hemos subido el número de partidos, pero añadiendo entre semana, nunca hemos planteado fechas coincidiendo con las ligas nacionales.

En el futuro me da la sensación de que no habrá muchos cambios, porque la tensión es por los partidos de selecciones durante la temporada (las 'ventanas' de la FIBA), eso a las ligas nacionales les produce una tensión, a nosotros no porque no paramos.

Creo que el futuro calendario lo tenemos que ver de otra manera, cuando hablamos de soluciones, siempre nos referimos a los calendarios de los 80, pero eso no va a pasar porque cada vez las competiciones son más profesionales. En los 80 y 90 se paraba todo y ninguna economía se perjudicaba, hoy en día hay mucha economía en el deporte y tiene que encontrar acomodo.

El futuro de los calendarios será consecuencia de otro modelo, no haciendo corta-pega de lo actual. La Euroliga solo puede jugar más partidos, no menos, y no digo que vaya a jugar más, porque está siendo el motor de la economía de los clubes. La NBA no va a parar para jugar con las selecciones, incluso es posible que no estén en los Juegos.

¿Y cómo reinventar el modelo?

Cada uno tendrá su visión, pero hay una realidad, que los clubes son la base del sistema deportivo. Habrá que permitir que se desarrollen y puedan generar recursos y todos se beneficien.

Y luego hay una cuestión fundamental, estamos viendo que la Euroliga está creciendo cuanto más estabilidad tiene en sus equipos, cuando menos depende del azar, porque la economía necesita la previsibilidad. Si el resultado deportivo lo define todo, la economía no lo va a sostener.

Un azar que otros denominan mérito deportivo...

El mérito deportivo está muy bien, pero evaluado en un momento determinado es azar, porque el mérito deportivo también se determina a largo plazo. Cuando elegimos los clubes con licencia partíamos del historial en ligas y competiciones europeas, pero el mérito deportivo no es solo el que ha ganado en una prórroga.

Hay que intentar acompasar esto con las previsiones económicas, cuanto más previsible lo podamos hacer más, sostenible será el modelo, y no por esto deja de ser deporte. Nadie discute que la NFL o la NBA son deporte.

"EL MODELO ACTUAL DE LA EUROLIGA NOS HA LLEVADO A MEJORAR LOS INGRESOS UN 150%"

La Euroliga ha sido una competición pionera en los patrocinios ¿cómo ha cambiado lo que buscan las marcas en ustedes?

Cuando hicimos el nuevo modelo de competición fue disruptivo, ningún deporte en Europa juega una liga regular todos contra todos. Ese modelo nos ha llevado a incrementar los ingresos un 150%.

Esto ocurre porque ofreces a quienes contribuyen con su dinero calidad, algo reconocible, todo el mundo sabe quién juega, cada año no cambian diez equipos sino uno o dos, igual que en las ligas nacionales. Es reconocible, y sobre todo te da una distribución en el territorio que te permite que haya intereses de muchos ángulos.

Nosotros nos la jugamos en la 2016-17 cuando cambiamos el modelo, pero ese cambio ha traído una nueva economía, porque hemos podido ofrecer a los patrocinadores y a la televisión cosas que si no, no podríamos hacer. Podemos hacer una campaña con Real Madrid, Panathinaikos y Maccabi porque sabemos que el año que viene estarán.

Parecería que algunos clubes de fútbol se estuvieran fijando en la Euroliga para el proyecto de 'Superliga'.

Hasta cierto punto es lógico, porque ellos están en la Euroliga: Real Madrid, Barcelona, Bayern, Fenerbahce... conocen la experiencia. Pero las conversaciones sobre la Superliga no dejan de ser una evidencia de que las costuras se están forzando, porque la economía necesita otros productos que permita generar más recursos.

No es sorprendente, en el baloncesto normalmente hemos sido pioneros en muchas cosas, la primera liga profesional en España fue la ACB. Cuando no hay dinero hay que tener ingenio, igual eso lo explica. El baloncesto lo hizo 20 años antes, ahora el fútbol tiene otras circunstancias y ellos sabrán qué hacer.

¿Ha afectado la pandemia a sus contratos de patrocinio?

Nos ha afectado, pero no hemos perdido ni un solo patrocinador, al contrario hemos añadido uno y hemos renovado una televisión. Tuvimos que sentarnos porque no pudimos darles lo pactado porque la pandemia no lo permitió. Claro que hemos tenido un impacto pero lo hemos minimizado, para los clubes fue una reducción del 14%, cuando dejamos de ingresar un 30%.

En los últimos años han sido muy activos en la búsqueda de nuevas tecnologías, con concursos para 'startups' tecnológicas, ¿han incorporado alguna de forma habitual?

Estamos en ello, hace 3-4 años nos dimos cuenta que si no nos subíamos a este carro íbamos a sufrir. Creamos el 'Tech Challenge', ahora 'Fan XP'. Con algunas empresas hemos hecho pruebas y la intención es seguir por este camino. En el último consejo hemos acordado constituir una sociedad que se va a dedicar exclusivamente a innovación y tecnología, no solo para ver lo que está pasando, sino para ver la oportunidad de invertir.

¿Cree que la industria deportiva comienza a ser tenida en cuenta por la sociedad como un sector económico?

Yo creo que esto es indudable, y nosotros tenemos esta percepción claramente. Creo que el sector del deporte es una industria, el deporte profesional es otra muy específica, lo que pasa es que cuando queremos aplicar eso empezamos a tener problemas.

Aquí cuando hablamos de negocio en el deporte parece que sea un concepto espurio, que vaya contra la integridad, tenemos ese prejuicio que hay que superar. Si estamos de acuerdo en que mueve los números que mueve, hay que aceptarlo sin rubor, porque no es malo, al contrario, da muchos puestos de trabajo y genera riqueza y hay que aplicarle las reglas normales de una economía.

Y es sorprendente cómo las mismas personas que hablan con admiración de las decisiones de las ligas americanas, y todos entienden que son desde un modelo de negocio, la gente lo aplaude, y cuando eso mismo lo trasladamos a Europa no vemos la misma reacción.

Hemos de entender que hay una industria del deporte, y esto no quiere decir que esto deje de ser deporte, lo que pasa es que la estructura es de tal nivel económico que requiere procedimientos distintos. Nos falta el cambio cultural.