Ganas había de disfrutar del mejor Jayson Granger después de los dos annus horribilis que vivió en Vitoria. Ganas de verle sonreír de nuevo sobre la cancha, de hacer mejores a sus compañeros (ayer 6 asistencias) y de martillear el aro contrario con esa elegancia inigualable.

Tuvo que ser ayer, cuando enfrente tenía al Baskonia, o precisamente por eso, cuando eligió el día para batir su récord de anotación esta temporada (21 puntos) con 7/9 canastas de dos, 3/ triples y 1/1 tiros libres. Además, 3 rebotes para redondear una actuación memorable con 22 puntos de valoración.

Y sonrisas. A diestro y siniestro. Durante el partido a sus compañeros y una vez concluido, cariñoso con sus ex. Un gran tipo al que ya conocíamos y que sigue igual de simpático a pesar de los pesares.

Una pena la derrota del Baskonia, porque el gusto por verle de nuevo al máximo nivel habría sido el mismo. Granger fue uno de los principales culpables de la derrota baskonista durante todos y cada uno de los 28 minutos que permaneció sobre la cancha.

No estuvo solo, por supuesto. Impresionantes también Maodo Lo (19 puntos), Simone Fontecchio (15), Mattisseck (12) y el témpano asesino Johannes Thiemann, autor de 14 puntos con 3 triples sin fallo cuando hasta ayer solo había anotado 5 en lo que llevábamos de la Euroliga.

El Alba Berlín mereció ganar el partido en términos generales porque creyó al menos lo mismo que el Baskonia, y eso ya es mucho. El conjunto vitoriano tuvo la victoria en su mano pero, extrañamente, se puso nervioso y fallón en los minutos más calientes, cuando normalmente suele dinamitar a cualquiera que se le ponga por delante.

Al Alba le faltaban cuatro jugadores, a cada cual más importante. Pero el resto dio un gran paso adelante para compensar esas ausencias. En el Baskonia ocurrió lo contrario con varias piezas clave.

Diop titular después de cinco partidos sin competir. Primera sorpresa aunque la bula de Ivanovic duró poco, apenas cuatro minutos y medio. Ya no se le vio más.

Fall, el mejor jugador baskonista de largo unos días antes contra el Andorra, no saltó a cancha hasta mediado el segundo cuarto. Y fue el principal artífice (9 puntos, 3 rebotes) de que el conjunto vitoriano llegara vivo al descanso (45-44).

Después del intermedio, el Alba Berlín había encontrado la manera de sortear al gigante senegalés y obligó a Ivanovic a cambiar de planes. Fall no llegó a los 11 minutos.

Otro caso raro fue el de Giedraitis, ex del Alba Berlín que comenzó el partido como un tiro con 3/4 triples en el primer cuarto protagonizando un precioso duelo con Granger, ex del Baskonia. Ambos acabaron el parcial con 9 puntos, los dos parecían empeñados en martirizar a sus antiguos equipos.

Pero Giedraitis desapareció del foco de Ivanovic -solo jugó cuatro minutos más- mientras Granger seguía sonriendo y creciendo hasta la victoria definitiva.

Por momentos parecía que Henry le iba a comer la tostada, pero al hoy base baskonista le faltó esta vez una pizca de sabiduría para gestionar los dos minutos finales, cuando el equipo vitoriano parecía tener la victoria en su bolsillo. Como a Vildoza.

Raro, raro...

Por momentos pareció que Henry le iba a comer la tostada a Granger, pero le faltó una pizca de sabiduría en los minutos finales