La Euroliga exige otra coraza y, sobre todo, un espíritu mucho más combativo. Por primera vez en la temporada, el Baskonia fue un grupo desnortado, apático y sin alma en Kaunas, donde encajó la derrota más hiriente de esta edición continental. El equipo vitoriano se topó con un Zalgiris en estado de gracia desde la línea de 6,75 que paseó su colmillo afilado (18 triples) sin que emergiera algo de orgullo y amor propio en las filas azulgranas.