La Euroliga exige otra coraza y, sobre todo, un espíritu mucho más combativo. Por primera vez en la temporada, el Baskonia fue un grupo desnortado, apático y sin alma en Kaunas, donde encajó la derrota más hiriente de esta edición continental. El equipo vitoriano se topó con un Zalgiris en estado de gracia desde la línea de 6,75 que paseó su colmillo afilado (18 triples) sin que emergiera algo de orgullo y amor propio en las filas azulgranas.

Si por algo se había caracterizado Ivanovic hasta ahora era por haber sabido inocular su ardor guerrero a unos jugadores con el gen de la competividad tatuado en la frente. Pues bien, en tierras bálticas faltó de todo. Con un colectivo empeñado en hacer cada uno la guerra por su cuenta y que bajó los brazos a las primeras de cambio, el primer test de una semana clave para el transcurrir de la campaña desembocó en un mal trago.

En una tarde-noche de perros, el Baskonia fue un juguete roto en las poderosas manos de un Zalgiris tocado por una varita mágica y que le sometió a un incesante castigo. Pese a que el armónico cuadro de Schiller levantó el pie del acelerador en el tramo final tras adquirir su máxima renta (74-47), apenas pudo maquillarse una de esas derrotas que escuecen de lo lindo en las altas esferas del Buesa Arena. Tras un bombardeo salvaje para el que no hubo antídoto alguno, la tropa alavesa acabó con el rostro desfigurado y pierde comba en la encarnizada pelea que se intuye para alcanzar el ansiado Top 8.

La sangrante exhibición de impotencia hizo por momentos daño a la vista con un forastero entregado desde el salto inicial y huérfano de la más mínima estabilidad. El Baskonia aguantó a duras penas el chaparrón lituano en el cuarto inicial antes de desmoronarse por completo y manar sangre con abundancia. El Zalgiris alimentó su confianza no solo a base de una torrencial lluvia de triples sino también con una actividad defensiva digna de elogio que permitió atisbar el desbarajuste más absoluto en el plano ofensivo.

18 'bombas' al corazón Ivanovic probó infinidad de quintetos para revertir el diáfano dominio báltico, pero el resultado fue decepcionante. El técnico montenegrino volvió a insistir en la fórmula de dos cuatros, simultaneó la presencia de Henry y Vildoza en busca de mayor dinamismo ofensivo y también se jugó bazas a la desesperada como Diop -segundo cuarto- y Kurucs -tercero-, aunque los dividendos resultaron escasos. Nada impidió que el Zalgiris manejara el encuentro con una suficiencia dolorosa. Su técnico se permitió incluso el lujo de que los jóvenes aprendices fueran partícipes de la fiesta en los minutos de la basura.

El Baskonia fue incapaz de atajar en corto a un anfitrión sobrado de argumentos para ocasionar una escabechina. A la amenaza interior del renacido Lauvergne o el poderío de Rubit en el rebote ofensivo, el Zalgiris añadió la versatilidad de Hayes y especialmente la pegada mortal de necesidad de sus francotiradores Grigonis y Milaknis, siempre liberados para lucir su muñeca tras una perfecta circulación de balón. Una tras otra, fueron cayendo hasta 18 bombas sobre el aro vitoriano en una jornada donde el cuadro lituano vio el aro como una piscina.

El Zalgirio Arena fue testigo de la versión azulgrana más pusilánime de la actual campaña. Faltó frescura y también coraje a la hora de taponar la sangría del rebote defensivo o puntear las cómodas suspensiones locales. Como si la concatenación de esfuerzos del último mes con una plantilla escasa de efectivos empezara ya a hacer mella en el entramado baskonista. Pese a la tempranera segunda falta de su cabeza pensante (Walkup), el equipo lituano desarboló por completo al Baskonia con un variado repertorio.

No hubo argumentos a nivel colectivo ni tampoco héroes a título individual. Henry fue un base irreconocible, Giedraitis volvió a estar desdibujado en consonancia con su floja aportación de los últimos tiempos, Jekiri prolongó su mal momento, Dragic y Polonara tampoco fueron los boinas verdes habituales, Vildoza sigue atado de pies y manos para brillar con su merma física... Nadie acudió al rescate del Baskonia que pasado mañana afronta otro test de la máxima exigencia en Múnich ante otro cualificado aspirante como el Bayern.

- Ficha técnica:

92 - Zalgiris Kaunas (25+19+24+24): Walkup (3), Grigonis (11), Milaknis (15), Hayes (11) y Lauvergne (12), -cinco inicial-, Blazevic (-), Jokubaitis (6), Rubit (6), Jankunas (7), Lekavicius (13), Geben (2) y Lukosiunas (6).

73 - TD Systems Baskonia (22+14+11+26): Henry (6), Giedraitis (7), Sedekerskis (-), Polonara (9) y Fall (14) -cinco inicial-, Vildoza (10), Jekiri (2), Peters (12), Diop (-), Dragic (10) y Kurucs (3).

Árbitros: Sreten Radovic (Croacia), Emin Mogulkoc (Turquía) y Amit Balak (Israel).

Incidencias: partido de la decimotercera jornada de la Euroliga disputado sin público en el Zalgirio Arena.