Algo pasa con Ilimane Diop. Lleva dos partidos sin jugar ni un solo segundo, ante el Anadolu Efes y ayer, y apenas participó un par de minutos contra el Real Madrid. De ser un jugador importante en la Liga ganada por el Baskonia hace unos meses al ostracismo más absoluto.

El pívot senegalés lleva una temporada espantosa. Promedia 10 minutos, 3,7 puntos y 2,3 rebotes en la Liga. En la Euroliga, aún menos: 8,45 minutos, 2,2 puntos y 1,8 rebotes. Sus peores números desde su segunda temporada en Vitoria, allá por 2015.

Algo pasa con Diop más allá de que Jekiri vaya cogiéndole el tranquillo al exigente ritmo del Baskonia y que Fall esté aprendiendo a imponer su imponente envergadura bajo los aros. Ya es recurrente ver a Diop relegado al asiento más alejado del banquillo, ayer con una toalla sobre los hombros que simulaban una vestimenta de jugador lesionado.

Apenas se levanta para participar de oyente en los tiempos muertos. Se ha convertido en un cero a la izquierda y, que se sepa, no ha sufrido lesión alguna ni está afectado por el coronavirus.

En todo caso, no hay lugar a las especulaciones. Preguntado Ivanovic después del partido por qué no juega Diop, fue diáfano y cristalino: “No le pasa nada. Es mi decisión”.

Y punto. El pívot está señalado por alguna razón, seguramente tenga que ver con su actitud, y corre el riesgo de no volver a jugar o de verse sumido en el olvido. De él depende, se supone, volver a ganarse el respeto de Ivanovic aunque no lo va a tener fácil una vez que ha sido apuntado por el dedo acusador del entrenador montenegrino.

No es el único señalado, aunque sí el más evidente. Hay más jugadores que no cuentan para Ivanovic y da la impresión de que partidos como el de ayer no hacen sino reafirmar al entrenador en su diagnóstico.

La lesión de Vildoza no ha servido para el relanzamiento de Kurucs, más bien al contrario. El base letón dispuso ayer de 8 minutos saldados con una asistencia y 3 pérdidas para un total de -5 de valoración.

“Se ha demostrado que cuando nos falta Vildoza y Henry tiene que descansar tenemos muchos problemas en el puesto de base”, resumió ayer Ivanovic tras el partido. Hay que tener en cuenta que el Baskonia se enfrentaba al colista de la Liga ACB y que se trataba, a priori, de un partido propicio para que los menos habituales descargasen de minutos a los más utilizados. Pues ni así.

Kurucs acabó poniéndose en evidencia por su propia ansiedad -un aspecto más del juego que hay que controlar- y Raieste consiguió 6 minutos de gracia en los que tampoco aportó prácticamente nada.

El escolta estonio ha pasado de ser titular habitual a la nada con el transcurso de los partidos. Daba la impresión de que Ivanovic buscaba en él a un nuevo Sergi Vidal, al que agradecía sobre todo su ardor defensivo y su lectura del juego, pero que ha acabo rindiéndose.

Quizá Sedekerskis sea en este tramo de la temporada el que dispone de una oportunidad para hacerse con un hueco. El lituano aporta físico, mucha energía, y alguna vez hasta se atreve a encestar. Le hará falta algo más para consolidarse, no obstante.