Ver para creer. Ciertamente asombroso y algo para quitarse el sombrero. Una tarde de auténtico ensueño que ni el más optimista podía barruntar antes del salto inicial. La apisonadora fue el Baskonia y no un Efes muy venido a menos. El conjunto alavés convirtió en un guiñapo al tirano de la última Euroliga. Estrellas multimillonarias como las que dirige Ergin Ataman rendidas a los pies de un colectivo de hormigón como el azulgrana, imperial, arrebatador y sostenido por el carácter de las grandes ocasiones. Una victoria de enorme prestigio que devuelve a la tropa de Ivanovic a las posiciones de Top 8 pero que supone mucho más: la certeza de que, si las lesiones y el virus respetan al grupo en lo que resta de campaña, puede soñarse con todo.

Alguien podrá alegar que el Anadolu Efes es una sombra del que maravilló a propios y extraños durante el pasado curso. O que Shane Larkin está irreconocible tras reparar sus rodillas el pasado verano. O que varias piezas de Ataman estaban faltas de ritmo -y también sobradas de peso- tras dejar atrás sus respectivas lesiones. Sin embargo, la demostración de poderío protagonizada por el TD Systems Baskonia a orillas del Bósforo merece un capítulo aparte. Una exhibición incontestable a partir del minuto 12 (25-19) en la guarida de uno de los favoritos al reinado continental que ni los más viejos del lugar recordaban.

Con apenas 48 horas de descanso tras el desfallecimiento vivido en la segunda parte en el Wizink Center, el equipo vitoriano conquistó a lo grande el Sinan Erdem. Todos los ingredientes necesarios para rubricar una gesta de este calibre salieron a la luz en una jornada para enmarcar. Nadie se acordó de Vildoza ante el paso al frente dado por un visitante entregado a la causa de la solaridad defensiva y que enarboló la bandera del altruismo en ataque. Siempre un pase de más para dejar en evidencia a la defensa turca y permitir un tiro liberado, aunque lo más noticioso fue la conmovedora actividad defensiva que convirtió en verdaderas medianías a un anfitrión sobrado de talento como el Efes, eso sí a años luz de la versión que todo el mundo conocía.

La insultante superioridad en el rebote y el espectacular trabajo coral terminaron por forjar una victoria formidable que dejó incontables heridos en las filas de Ataman, cuyo lenguaje corporal dejó mucho que desear, que descargó su furia de mala manera hacia el trío arbitral y que incluso se marcó un Jasikevicius con un tiempo muerto en el que ni siquiera dirigió la palabra a sus inoperantes discípulos.

Todo ello por obra y gracia de un Baskonia asombroso en el que Peters destapó el tarro de las esencias. El ala-pívot estadounidense tenía muchas cosas que demostrar en Estambul y se convirtió en la punta de lanza de un forastero armónico, inabordable y omnipresente a la hora de acudir a las ayudas en cualquier lugar de la cancha. Junto a él, Henry gobernó el tempo de la contienda a su antojo, Tadas aportó grandes dosis de cemento al perímetro, Giedraitis también se sacrificó al máximo atrás para compensar su falta de pegada, Polonara volvió a destaparse como un jugador total y los cincos sembraron el terror en la liviana pintura otomana.

El Efes recuperó a casi todos sus lesionados -el único que no se vistió de corto fue Pleiss por coronavirus-, pero ello no favoreció su estabilidad en un partido donde el Baskonia ofreció una imagen de máxima seriedad. Los alaveses maniataron a casi todos los estiletes de Ataman y pasearon una abrumadora superioridad en el juego interior. Primero con la versión cada vez más pujante de Fall y más tarde con un rocoso Jekiri, que acarició al descanso las dobles figuras. Peters también hizo daño en el juego de espaldas al aro y la apuesta de Ivanovic por el triple poste permitió neutralizar el poderío turco en la vertiente física.

Los triples iniciales del Efes no amilanaron a un Baskonia que pronto encontró la pócima del éxito en el Sinan Erdem y mostró su cara más guerrillera. Desde mediados del segundo cuarto, el cuadro de Ivanovic se disparó como un cohete y amasó ventajas escandalosas. El Efes perdió el rigor y también la fe mientras las caras de sus estrellas no trasladaban más que impotencia hacia el exterior. No fue un sueño, sino la demostración palpable del voraz espíritu competitivo azulgrana.

59 - Anadolu Efes (20+17+13+9): Larkin (8), Simon (5), Anderson (4), Singleton (5) y Sanli (7) -cinco inicial- Beaubois (4), Balbay (5), Gazi (5), Tuncer (-), Moerman (7), Micic (4), y Dunston (5).

77 - TD Systems Baskonia (17+25+21+14): Henry (11), Giedraitis (7), Sedekerskis (4), Polonara (12) y Fall (12) -cinco inicial-, Raieste (-), Jekiri (8), Peters (18), Dragic (4) y Kurucs (1).

Árbitros: Robert Lottermoser (Alemania), Milivoje Jovcic (Serbia) y Saso Petek (Eslovenia). Sin eliminados. Señalaron técnica a Ataman en el minuto 16.

Incidencias: partido correspondiente a la duodécima jornada de la Euroliga disputado sin público en el Sinan Erdem de Estambul (Turquía)