Vitoria - A medida que se acerca la fecha de la ceremonia del draft de la NBA, previsto en una fecha inusual como el próximo 18 de noviembre y de manera virtual en los estudios de la prestigiosa cadena ESPN en Bristol (Connecticut) debido a los estragos causados por la pandemia, muchas son las jóvenes promesas de la canasta que deciden retirar su nombre de la lista de elegibles.

Ya sea por la falta de protagonismo en su actual equipo o el temor a que ninguna franquicia estadounidense apueste por ellos tras no vislumbrar en ellos un gran potencial baloncestístico, algunos jugadores prefieren esperar una temporada más. Por esta segunda opción se ha decantado un Arturs Kurucs muy consciente de que es mejor no precipitarse a estas alturas de su corta carrera.

El base-escolta del TD Systems Baskonia solicitó a finales de abril el ingreso anticipado y, por lo tanto, tenía el derecho de borrar su nombre del draft diez días antes del evento. Asesorado por su agencia de representación y en vista de que no figuraba entre las prioridades de los directivos estadounidenses para, al menos, resultar escogido en segunda ronda, el jugador azulgrana esperará una mejor ocasión.

Al tener tan solo 20 años cumplidos el pasado 19 de enero, Kurucs todavía dispone de dos oportunidades para ser elegido por algún equipo y allanar de esta forma un posible desembarco en la NBA. En cualquier caso, este es un objetivo muy lejano para un miembro de la familia baskonista que está viviendo la temporada de su bautismo en la élite en Vitoria y necesita asentarse como un primer espada a las órdenes de Dusko Ivanovic.

Sus minutos están llegando con cuentagotas hasta la fecha y Kurucs, de momento, no ha aprovechado del todo las oportunidades brindadas por el preparador montenegrino cada vez que le ha colocado en el cinco titular o, por el contrario, concedido el rol de revulsivo saliendo desde el banquillo.

Su evidente sacrificio a nivel defensivo ha contrastado con la irrelevancia en el plano ofensivo. Entre que sus compañeros no le buscan con asiduidad y su falta de acierto, apenas promedia 1,4 puntos en la Liga ACB. En la Euroliga, Kurucs ni siquiera se ha estrenado tras participar en cinco partidos.

El base-escolta báltico, cuyo hermano Rodions recaló en el verano de 2018 en los Brooklyn Nets de la NBA procedente del Barcelona, se ha sumado de esta manera a la larga lista de jugadores que opta por retirar su nombre del draft en el último suspiro.

Por ejemplo, ya lo habían hecho con anterioridad otras imberbes promesas que compiten al más alto nivel como Rokas Jokubaitis, Marek Blazevic -ambos del Zalgiris-, Georgios Kalaitzakis (Panathinaikos) o el barcelonista Brancou Badio, al que Sarunas Jasikevicus ya le ha hecho debutar esta campaña en la Liga ACB.

Filip Petrusev, antiguo canterano del Baskonia entre 2014 y 2016 que ahora milita en el Mega Soccerbet, también comunicó el domingo su decisión de esperar hasta la edición de 2021 para resultar escogido.

Antes de esta apasionante lotería que abre la puerta de entrada hacia ese sueño de niño llamado NBA, los mejores proyectos de todo el mundo ya intuyen de antemano lo que puede suceder tras el pertinente trabajo entre bambalinas de sus representantes.