- Gatillazo inesperado. Jarro de agua fría tras un partido torcido desde el salto inicial. No hay más cera de la que arde alrededor de un Baskonia que está a años luz de ser una alternativa al poder establecido en la Euroliga. Esta vez no sacó las vergüenzas al aire un gigante de la máxima competición, sino una de las cenicientas que, acribillado por el virus, hasta ayer no había degustado el sabor de la victoria en la máxima competición. El Asvel dio la campanada en el Buesa Arena con todo merecimiento. Siempre llevó al límite a un equipo vitoriano con la lengua fuera y que hizo la goma en el marcador frente a un visitante sostenido por el oficio de Diot y, sobre todo, los interminables centímetros de Moustapha Fall, un gigante al que su entrenador sí sabe extraer todo el jugo y que extendió el terror en la zona azulgrana pese a los números de Jekiri.

A remolque de la sólida respuesta de un Asvel bien plantado, rocoso y muy superior en la vertiente física, el Baskonia terminó quemado en la hoguera víctima de su inconsistencia. Nunca se mostró como un grupo contundente atrás ni le cogió el pulso a un partido donde quedó demostrado que el actual fondo de armario resulta insuficiente para competir a estos niveles. Falta dinamita en la línea exterior cuando Giedraitis tiene el punto de mira desviado, Vildoza constituye un aislado foco de talento, Peters permanece en el limbo, Polonara demostró ayer que es terrenal, los cincos acabaron empequeñecidos ante la envergadura de Fall y los canteranos carecen de confianza por parte de Ivanovic cuando el partido necesita un golpe de personalidad y madurez. Un colectivo demasiado corto y sin visos de ser reforzado en vista de los estragos que sigue causando la pandemia.

Cualquier apariencia de una velada plácida quedó disipada desde el salto inicial. Entre la excelente respuesta del Asvel en todas las facetas y la manifiesta inoperancia de un Baskonia irreconocible, el partido se convirtió en un trago amargo. El conjunto francés no titubeó en ningún momento y se llevó el premio gordo en un epílogo donde no permitió ningún triple local. Con 83-86, abrió un pasillo para una doble de Vildoza que precedió dos tiros libres de Kahudi, su pieza más fiable desde la personal. En la última posesión, el Baskonia no logró sacar un tiro liberado incurriendo Cole en una falta que desbarató cualquier posibilidad de prórroga. El argentino embocó el primero y tiró a fallar el segundo en busca de un rebote milagroso que acabó en las manos de Diot. Ahí murió un anfitrión negado.El Asvel aterrizó en el Buesa Arena con la piel de cordero, pero desde el arranque metió el miedo en el cuerpo a un Baskonia muy destemplado que sufrió las salvajes acometidas de Moustapha Fall. El techo del Asvel borró del mapa a un inoperante Jekiri obligando a Ivanovic a poner en pista a su Youssoupha, su torre gemela. El peor anotador de la Euroliga halló una autopista exenta de obstáculos para anotar ante las defensas azulgranas de plastilina.

El Baskonia se vio atormentado por el dinamismo y gatillo fácil del atlético cuadro galo, capaz de provocar desequilibrios en todas las zonas del campo merced a una perfecta circulación de balón y que controló el tempo durante muchos minutos gracias al oficio del veterano Diot y el vértigo de Cole. Con muy poquito, eso sí, el cuadro de Ivanovic consiguió rehacerse y meterse de lleno en una velada que discurrió por unos cauces inesperados. Un parcial de 14-0 fundamentado en el acierto exterior de Vildoza, la mejoría de Jekiri y, sobre todo, el ardor de Henry reanimó a un Baskonia que no recurrió a experimentos con gaseosa para ahuyentar fantasmas.

Las pesadillas volvieron a hacer acto de presencia tras la reanudación con un Baskonia huérfano de una buena lectura del juego y desbordado por el atleticismo y la clarividencia de los franceses. Fall siguió martilleando sin piedad el aro baskonista con una facilidad pasmosa y Kahudi también se sumó a la fiesta de los hombres de Parker con su versatilidad. Ivanovic se jugó la baza de tres hombres altos para minimizar la desventaja física, algo que sirvió para asistir al leve despertar de un Polonara que no pudo inaugurar su casillero anotador hasta el último periodo. El TD Systems finalmente se quedó corto y ve cómo un triunfo que entraba en todas las quinielas para estar metido en la pelea por el Top 8 se marcha contra todo pronóstico por el sumidero.

Siempre a remolque El encuentro se convirtió en un mal trago desde el salto inicial para un Baskonia que hizo la goma en todo momento en el marcador y, salvo el parcial de 14-0 antes del intermedio, estuvo a merced de la exuberancia física del Asvel. El oficio de Diot al frente del timón y, sobre todo, la abrumadora hegemonía interior de Moustapha Fall carecieron de respuesta en las filas vitorianas.

Un grupo muy corto El equipo vitoriano opuso muy pocos argumentos para creer en la victoria. Giedraitis ha perdido eficacia en un perímetro sin excesiva dinamita, Polonara se mostró terrenal por un día, Peters sigue sin ofrecer la medida de lo esperado y, entre los 'cincos', tan solo Jekiri ofreció una respuesta aceptable ante los enormes tentáculos y la colosal envergadura de Fall.