- El debate ya está instalado en el baskonismo ahora que llega la primera semana de doble compromiso y a diez días del bautismo en la Euroliga ante el Real Madrid. ¿Es suficiente el grupo en manos de Dusko Ivanovic para soportar la dureza física y mental de una temporada que, si la pandemia lo permite, podría irse a cerca de 80 partidos entre todas las competiciones? En este sentido, se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío, pero todo hace indicar que la respuesta únicamente está en el uso que el montenegrino haga de una plantilla que en este instante cuenta con doce efectivos tras la inesperada rescisión de contrato de Khadeen Carrington en vísperas del asalto a la Supercopa.

En la comparativa con cualquier transatlántico de la Liga ACB y la Euroliga con más medios a su alcance, el TD Systems Baskonia sale bastante perjudicado y su inferioridad numérica salta a la vista. Mientras los rivales directos podrán dosificar a sus mejores jugadores en algunos partidos de guante blanco, Ivanovic no podrá permitirse dicho lujo al disponer ahora mismo de los hombres justos para rellenar una convocatoria tanto en el frente doméstico como en el continental.

Con el combo trinitense fichado por el AS Monaco en nómina, el club vitoriano estaba en condiciones de conceder cada fin de semana en la ACB un pequeño respiro a alguno de sus baluartes. Esa posibilidad volverá a estar encima de la mesa cuando recale en tierras alavesas el sustituto de Carrington para el juego exterior. Sin embargo, dicha aspiración no tiene visos de hacerse realidad a corto plazo y habrá que tirar con la materia prima existente, que por otro lado para sí la quisieran muchos entrenadores europeos.

Entre las consabidas limitaciones del Baskonia en materia económica, agudizadas desde el estallido de la emergencia sanitaria, y que el mercado de escoltas comunitarios o cotonou -el DNI que se prioriza en los despachos del Buesa Arena- tampoco es excesivamente amplio en este instante, los directivos se están tomando con calma la opción de alargar una plantilla susceptible de verse retocada.

De ahí que Ivanovic, tal y como sucedió en la pasada fase final de la ACB en Valencia, sea consciente de la imperiosa necesidad de extraer el máximo jugo a lo que tiene entre manos y tratar de meter en dinámica a todo el mundo. Tal y como ha quedado patente ante el Barcelona en la Supercopa y el Valencia Basket en el reciente estreno liguero, el de Bijelo Polje siempre acostumbra a acortar la rotación en unas grandes batallas donde suele confiar en un núcleo duro de apenas diez jugadores y relega a otros dos al ostracismo.

Un único baloncestista (Youssoupha Fall) no ha debutado todavía en partido oficial hasta la fecha, mientras que un canterano distinto vio los toros desde la barrera ante los culés (Tadas Sedekerskis) y los levantinos (Arturs Kurucs). De lo que no hay duda es que el Baskonia será un conjunto con mayor o menor fondo de armario en función del uso que Ivanovic haga del gigante senegalés, cuyas características pueden tener un difícil encaje en la filosofía de juego del preparador balcánico, y de los tres hambrientos jóvenes que han regresado a Vitoria tras sus respectivas cesiones.

Además de mantener el carácter competitivo en todos los frentes, uno de los objetivos que se ha encomendado al cuerpo técnico desde las altas esferas radica en que Raieste, Kurucs y Sedekerskis no vean frenada su progresión ni sean, a poder ser, simples jugadores de relleno. Los minutos no se regalan a nadie en el Buesa Arena y ellos también deberán poner su granito de arena en los entrenamientos y los partidos para convencer a Ivanovic, siempre capaz de hacer más con menos y reacio a poner excusas pese a cualquier contratiempo en forma de lesiones o problemas físicos.

La implicación colectiva no debería faltar en una campaña repleta de incertidumbres. No obstante, resistir en pie con apenas cuatro exteriores (Vildoza, Henry, Dragic y Giedraitis) y cuatro interiores (Peters, Polonara, Jekiri y Diop), será algo totalmente inviable.

El montenegrino deberá meter en dinámica a los doce jugadores para que el equipo pueda aguantar la exigencia de la Liga ACB y la Euroliga