- Mañana es el primer día de agosto, siempre un mes en el que la cotización de los baloncestistas comienza a bajar de manera irremediable, y todavía hay gangas disponibles en el escaparate con el fin de rellenar aquellas plantillas de la Euroliga que todavía estén incompletas. La crisis del coronavirus no ha impedido un verano más que los grandes transatlánticos del Viejo Continente se hagan con las piezas más apetecibles del mercado, pero también sorprende a estas alturas que un buen número de jugadores ilustres y de un indudable prestigio se encuentren en el paro a la espera de la llamada de algún club en el que poder retomar su carrera.

Y es que los rezagados a la hora de configurar su proyecto para la próxima temporada aún tienen mucho y bueno donde elegir apreciada la interminable lista de bases, exteriores y pívots ubicados dentro de la agencia libre. Entre que algunos se resisten a ver menguados sus emolumentos en las negociaciones abiertas actualmente, otros resultan algo menos atractivos tras haber dilapidado buena parte del crédito ganado sobre la cancha con un último año muy discreto y, sobre todo, que las arcas de los clubes tampoco están para echar cohetes ante la pérdida de ingresos tras la pandemia, la lista de jugadores susceptibles de acabar en cualquier rincón del planeta es muy amplia en estos instantes.

Entre los jugadores sin destino se encuentran, por ejemplo, tres exbaskonistas que levantaron el título de la Liga ACB en Valencia hace justo un mes tras la épica victoria ante el Barcelona. Se trata de los exteriores Zoran Dragic, Jayson Granger y Matt Janning, de los cuales, a lo sumo, el guerrero esloveno seguirá vistiendo los colores azulgranas el próximo curso a las órdenes de Ivanovic si acepta la oferta de renovación que tiene encima de la mesa desde hace semanas.

A Granger se le ha vinculado en las últimas horas con el Bayern Munich sin que todavía no haya ningún anuncio oficial de su incorporación por parte del club alemán. El uruguayo ya ha comentado en su país que tan solo firmará por un año en su nuevo destino y que este será una especie de trampolín que le permita reengancharse más adelante a un club de mayor solera. En el caso de Janning, trascendió al comienzo del verano el posible interés del Estrella Roja por sus servicios, pero el cuadro balcánico ya ha poblado de americanos la línea exterior y se antoja muy difícil que tenga hueco ya para el tirador nacionalizado georgiano.

Ambos escoltas no han brillado en Vitoria por razones bien distintas y ello les obligará seguramente a rebajar un caché que en Vitoria se ha situado alrededor del millón de euros anual. Dragic, por su parte, sí se ha revalorizado tras la fase final, de ahí que no vea con buenos ojos la oferta de renovación enviada desde los despachos del Buesa.

Cualquiera de ellos podría tener un perfecto encaje en un equipo de media tabla en la próxima Euroliga, aunque ni muchos menos son los únicos jugadores que los agentes están poniendo estos días encima de la mesa de los dirigentes europeos. Lo cierto es que, si hubiese dinero para ello, ahora mismo podría construirse una plantilla de muchos quilates con los jugadores en el paro.

En el puesto de base, por ejemplo, aún no han encontrado acomodo Errick McCollum, Aaron Jackson, Dwight Buycks, Tyrese Rice -el ex del Panathinaikos está sopesando su retirada-, Kalin Lucas, Chris Kramer o el exbaskonista Taylor Rochestie, que no cuenta para el Olympiacos. En la cuerda exterior muchos seguidores verían con buenos ojos la llegada de James Nunnally, Ron Baker, Axel Toupane, Brandon Paul, Wesley Johnson o Jimmer Fredette, si bien este último parece haber encontrado un refugio idílico en el baloncesto chino.

Sin embargo, donde más jugadores se podría escoger en este instante es, sin duda, en el juego interior, bien sea cuatros o cincos y con unas características totalmente distintas. Nadie ha optado hasta ahora por el músculo de Tarik Black, Adreian Payne, Thomas Robinson o Mathias Lessort, el oficio de Gustavo Ayón, el atleticismo de Jeremy Evans o Maurice Ndour, la elegancia de Anthony Gill, el espíritu guerrero de Colton Iverson o los centímetros de Kosta Koufos o Salah Mejri. Jock Landale también acaba de anunciar su adiós al Zalgiris porque pretende dar el salto a la NBA una vez se abra el mercado de agentes libres en octubre. En definitiva, nombres de lo más variados que esperan pacientemente su oportunidad para dejar atrás este inquietante momento en sus trayectorias.

Cualquier club que se precie podría conformar ahora una plantilla de muchos quilates atendiendo a los nombres de la agencia libre