- Antes de la tempestad, bienvenidas son las bromas, el buen rollo y un ambiente de lo más cordial entre los protagonistas de la batalla decisiva. Dos entrenadores curtidos en mil batallas como Svetislav Pesic y Dusko Ivanovic, integrantes de la vieja escuela balcánica y a los que cuesta sacar una sonrisa dentro y fuera de la pista, protagonizaron ayer una simpática escena durante el tradicional acto protocolario de la ACB para presentar la gran final entre el Barcelona y el Baskonia en Valencia.

Durante el clásico posado ante los medios de comunicación también estuvieron presentes los dos capitanes de ambos equipos, Ante Tomic por parte culé y Tornike Shengelia en representación del equipo vitoriano, aunque todos ellos estuvieron eclipsados por un Pesic convertido durante algunos minutos en una especie de showman y empeñado en acaparar todos los focos.

El veterano técnico del Barça protagonizó una escena insólita que no suele ser habitual a 24 horas de la pelea por un título. Como si quisiera jugar su propio partido desde mucho antes del salto inicial y trasladar al exterior un cierto estado de relajación, Pesic optó por tocar en varias ocasiones el preciado trofeo. Incluso no dudó en abrazarlo con cierto mimo mientras la secuencia era inmortalizada por los fotógrafos presentes. Se trata de un gesto que no suele ser común entre los protagonistas de una gran final como la prevista esta noche en la Fuente de San Luis.

Ya se sabe desde tiempos inmemoriales que, por una simple cuestión de superstición, los entrenadores y los jugadores de los finalistas siempre tratan de no tocar el galardón y, a menudo, descartan incluso la posibilidad de mirarlo porque puede acarrear algo de mala suerte en vísperas de un encuentro cargado de tanta tensión.

A su derecha, Ivanovic pareció no dar crédito por dentro a lo que estaban presenciando sus ojos y se limitó a cumplir el expediente en el acto establecido por la patronal de clubes. Mucho más después de las pequeñas palabras que le dirigió Pesic en un tono jocoso. "Toca un poco ahora el trofeo, que luego...", bromeó el viejo zorro serbio en un perfecto castellano.

El preparador montenegrino del Baskonia no quiso recoger el guante de su compañero de profesión al replicarle, también entre risas, con un lacónico "Bueno... ya veremos". Fue la anécdota graciosa del acto que la ACB realiza todos los años con el fin de rebajar la tensión antes de la final. Hoy se verá quién ríe el último y si Pesic se arrepiente de un gesto que, en cualquier caso, también se agradece en vísperas de un choque de esta magnitud.

"Cuando vine, pudimos cambiar la mentalidad y el carácter; tenía fe en estos jugadores"

Entrenador del Baskonia

"El baloncesto directo del Baskonia es su arma más peligrosa, no es fácil jugar contra ellos"

Técnico del Barcelona