La sangre del baskonismo se heló de nuevo -y van unas cuantas ocasiones en los últimos tiempos- cuando en el arranque del tercer cuarto Jayson Granger se quedó dolorido sobre el parqué tras sufrir un choque que le provocó una caída con mal apoyo de su pie izquierdo, en el que en octubre sufrió una gravísima lesión cuando se rompió el tendón de Aquiles. Las alarmas se encendieron por completo cuando el base uruguayo se marcó al banquillo, entre evidentes gestos de dolor y con lágrimas en el rostro, fue atendido por los médicos y se le aplicó hielo en la parte posterior del pie, precisamente la misma zona de la que se acababa de recuperar. La posibilidad de una nueva rotura sobrevoló durante muchos minutos y Granger se convirtió en el objetivo de los focos televisivos. Su expresión se fue animando con el paso de los minutos, pudo abandonar el parqué por su propio pie aunque cojeando y a la conclusión del encuentro él mismo a través de sus redes sociales descartó haber sufrido una nueva lesión grave. "Muchas gracias a todos por preocuparse tanto, simplemente ha sido un susto. El domingo tenemos una final muy importante, a descansar y a por todas. ¡Aupa Baskonia!", escribió.