El futuro del Baskonia, sobre todo en lo referido a los jugadores de formación nacional, pasa por los jóvenes valores que en estos momentos están en la nómina del club y que mayoritariamente -la excepción la representa Miguel González, que ha estado en dinámica de equipos durante todo el año- han estado forjándose lejos de Vitoria esta temporada. Las particularidades de la temporada les han permitido reintegrarse al equipo para la fase final de esta campaña y ayer disfrutaron de su gran oportunidad en un partido en el que no había ya nada en juego al haberse firmado ya el pase a semifinales. Ante un Joventut plagado de jóvenes valores y con una enorme tradición de cantera -con lo que eso supone a la hora de dar oportunidades que no son tan sencillas en otros clubes-, Dusko Ivanovic reservó a sus piezas principales -más aún tras la lesión de Jayson Granger- y le dio la alternativa a unos jóvenes que podrían estar ya directamente a sus órdenes la próxima temporada como miembros de pleno derecho del primer equipo.

Quien más tiempo permaneció sobre el parqué, casi 31 minutos, fue Tadas Sedekerskis. El lituano, lejana ya la imagen de futuro dominador que trasladaba en categorías inferiores, ha llevado a cabo una transformación física evidente, con mucha ganancia de músculo y completamente adaptado ya a la posición de cuatro. La evidencia desde hace tiempo es que no va a ser un anotador estelar -le falta soltarse y asumir galones-, pero puede convertirse en un jugador de equipo destacado, capaz de aportar en diversas facetas. Cinco puntos -suya fue la canasta que hubiese supuesto la victoria de no haber pisado antes la línea de fondo-, cinco rebotes y tres asistencias llevaron su sello, aunque aún evidenció que necesita un paso adelante en cuanto a confianza.

En ese sentido, Arturs Kurucs va bastante más sobrado en la faceta del atrevimiento. El letón ha sido muy protagonista con el VEF Riga esta temporada y descaro con el balón no le falta. En sus quince minutos sobre el parqué, muchos de ellos asumiendo la dirección del equipo como base, estuvo muy sólido y seguro, apenas cometió errores y además estuvo muy activo en defensa, aunque su coetáneo y compatriota Arturs Zagars -la supla promete muchas alegrías para Letonia- le acabase ganando la partida al estar más hecho al máximo nivel. El joven baskonista anotó seis puntos, repartió dos asistencias y fue el jugador con mejor resultado sobre la cancha, con +8 en su presencia.

Con la imposibilidad de alinear a Sander Raieste -solo se podían inscribir dos jugadores nuevos y fueron Sedekerskis y Kurucs-, el tercer joven en escena fue un Miguel González que disfrutó de 18 minutos en los que se fue soltando. El vallisoletano no ha tenido esa experiencia de sus compañeros lejos de Vitoria -podría llegarle en breve- y estuvo muy errático en el tiro, para anotar dos puntos.