- Han sido muchos meses de reclusión sin escuchar el bote del balón, pero la pelota gorda volverá a alzarse al cielo en la Liga ACB en la fase final del torneo que se disputará desde hoy y hasta el 30 de junio en Valencia. Como se han cansado de repetir los jugadores del Kirolbet Baskonia a lo largo de los últimos días, no han acudido a la capital levantina para pasar unos días de vacaciones antes de despedirse. La exigencia en la vuelta a los entrenamientos tras el confinamiento ha tenido como único objetivo realizar una puesta a punto física, mental, táctica y técnica con la ambición de que el nombre del club vitoriano recupere la solera de antaño. El lunes se conmemoraba el décimo aniversario del último título con sabor azulgrana y entre los componentes de la actual plantilla se ha instalado ya la fe duskiana que evoca que todo es posible si se cree en ello. Lo pasado, duro y dramático para equipos y aficionados esta temporada, no cuenta ya para nada y arranca hoy un torneo con un formato completamente diferente al acostumbrado que premiará el momento y que abre la puerta a las sorpresas. Y por esa rendija se quiere colar el Baskonia, que comenzará hoy la persecución de esa gloria que hace tanto que le es esquiva.

La situación que ha marcado los últimos meses hace que los equipos, todos sin excepción, hayan llegado a Valencia en un mar de dudas. Sobre todo, acerca de la respuesta física -más aún cuando se juega cada dos días- que cada uno de ellos puede dar después de una etapa muy extraña de entrenamientos en domicilios particulares sin ver la canasta y una pretemporada exprés. Sin partidos anteriores de preparación, el ritmo competitivo es nulo y el riesgo de que los errores primen sobre los aciertos bastante importante. Por ello, adaptarse a este nuevo baloncesto es clave para ir mejorando con los partidos y tener opciones de acceder a las eliminatorias.

Con solo cinco partidos y billete para las semifinales para los dos mejores de cada grupo, el margen de error existe pero es mínimo. Sufrir más de una derrota, condena prácticamente a la eliminación salvo en el caso de múltiples empates. Y en el caso del cuadro vitoriano, con el Barcelona como favorito indiscutible de su lote, la pelea por la clasificación se antoja crudelísima contra Unicaja, Tenerife, Joventut y Bilbao Basket.

Precisamente, el vecino vizcaíno supone la primera piedra en el camino. Y señalar que la victoria es fundamental en la apertura de la competición no deja de ser una perogrullada. Perder el primer día supone prácticamente la eliminación, mientras que un triunfo permite simplemente sortear el primer obstáculo mientras los engranajes se van engrasando y se recuperan las sensaciones de los partidos.

El Baskonia que esta noche se enfrentará al cuadro bilbaíno tendrá de nuevo cambios con respecto a su última versión. Las recuperaciones de Luca Vildoza y Jayson Granger aportar recursos en una dirección de la que desaparece Semaj Christon; mientras, en el apartado más negativo, la dudosa participación de un Youssoupha Fall -tampoco Patricio Garino se ha recuperado a tiempo- que parece que solo va a tener opciones de jugar si el equipo avanza de ronda. Por lo menos, a Dusko Ivanovic le sobra donde elegir en esta ocasión, ya que cuenta hasta con dieciséis jugadores inscritos para la cita.

Este Baskonia persigue el sueño de emular a sus antepasados, que ya van amarilleando en la memoria del aficionado. Una escalera hacia el cielo de la ACB que tiene esta noche su primer peldaño.