Los aficionados baskonistas que siguieron las evoluciones del equipo ayer en Munich se encontraron con uno de esos habituales giros de guión que suelen hacer acto de presencia en las películas de suspense. En este caso, el que alteró el orden lógico de los roles que hasta este momento desempeñaban los actores. De esta manera, los que en la mayoría de las ocasiones han disfrutado de un papel protagonista redujeron ante el Bayern su presencia ante las cámaras para dejar espacio a los hasta entonces secundarios.

Aunque probablemente sería más justo decir que fueron estos últimos los que dieron un paso al frente y se ganaron por méritos propios que el director del largometraje les concediese más minutos en el montaje final del mismo. Como consecuencia de ello, los focos estuvieron bastante más repartidos de lo habitual en el cuadro azulgrana y eso supuso también que su adversario se topase con bastantes más dificultades para tratar de contenerlo.

Es verdad también que las presencias más destacadas a lo largo del curso continuaron apareciendo para contribuir al reencuentro con la victoria a domicilio tras las seis últimas salidas frustradas pero la fría estadística no acostumbra a mentir. Así, aunque el capitán Tornike Shengelia acabó una vez más como el baskonista más valorado (18) gracias a sus 11 puntos, 4 rebotes, 5 asistencias y 2 robos, resulta casi imposible recordar un encuentro en el que su ración de minutos sobre el parqué no llegase a los 28 como sucedió ayer.

Sin duda una excelente noticia, porque el hecho de que Dusko Ivanovic lo pudiese mantener durante tanto tiempo en el banquillo implicaba, lógicamente, que el equipo estaba respondiendo de manera positiva sin el georgiano en pista y no necesitaba que acudiera al rescate como desgraciadamente viene sucediendo en la mayoría de las ocasiones desde que arrancó el actual ejercicio.

En ello tuvo mucho que ver el notable rendimiento que ofrecieron hombres que habitualmente se quedan varios peldaños por debajo. Fue el caso, por ejemplo, de un Micheal Eric que ayer firmó probablemente su mejor encuentro como azulgrana. Muy activo ante la canasta del Bayern, anotó 16 puntos con un excelente porcentaje (7/9) y además trabajó bien en defensa sobre Greg Monroe, el príncipal peligro bávaro. Una función en la que igualmente participó con acierto un Ilimane Diop que le proporcionó buenos minutos de descanso.

A esta pareja de protagonistas inesperados se sumó Achile Polonara, que volvió a recuperar el brillo cuando Ivanovic le incluyó como tres en el atípico quinteto que rompió el partido en el último cuarto. Y, aunque en menor medida, también Henry, Janning, Dragic o Christon se sumaron a la fiesta para conforma una película muy coral que ofreció el deseado final feliz.