Vitoria - Cuando los equipos no están para florituras, y el actual Kirolbet Baskonia es un claro ejemplo de ello, no queda otra que tirar del manual de supervivencia para ir cumpliendo objetivos a muy corto plazo e ir sumando victorias sea como sea. Un ejercicio de resistir a toda costa que el equipo azulgrana ha interpretado a la perfección en una semana en la que la oscuridad en su baloncesto se ha vuelto todavía más dramática -por si no era suficiente ya con todo lo anterior-, pero en la que ha conseguido sumar dos valiosos triunfos. Una serie que le mantiene todavía con algo de oxígeno en la Euroliga, donde en todo caso la presencia en el Top 8 sigue siendo complicadísima, y que le ha permitido también posicionarse en puestos de play off en la Liga ACB. Cuando dos nuevas derrotas hubiesen supuesto descartar ya directamente el primer objetivo y haber puesto en serio riesgo el segundo, con más sombras que luces el conjunto de Dusko Ivanovic ha conseguido estirar un poco más unas opciones que se hubiesen tornado en irreales en caso de haber cosechados resultados negativos.

Si algún aficionado baskonista no había asumido ya que esta temporada, con los mimbres existentes, eso de disfrutar de un baloncesto de alto nivel de vistosidad era cuestión imposible, los dos partidos más recientes le habrán quitado ya la última pizca de fe. Pero, al menos, una cuestión que se ha recuperado con Ivanovic es el carácter competitivo que a este club siempre había acompañado y que tanto se echó de menos durante unas cuantas semanas. Por ello, a pesar de que el juego es manifiestamente mejorable en todos sus aspectos, al menos el Kirolbet ha conseguido agarrarse a una temporada que corría el riesgo de irse por el sumidero de una forma excesivamente precipitada.

Tras la pastosísima victoria ante el Estrella Roja que marca claramente que el camino de este equipo con tantos problemas en ataque tiene que pasar inexcusablemente por la defensa, el Baskonia se quedó a dos victorias de distancia del Top 8. Todos los errores acumulados a lo largo del curso en el Buesa Arena -el último de ellos, ante el Zalgiris- han propiciado que la clasificación para el play off de cuartos de final sea una cuestión prácticamente imposible, pero este último triunfo propicia que quede aún un resquicio a la esperanza. Con ocho jornadas por disputarse, si el cuadro vitoriano es capaz de rozar el pleno -eso sí, su calendario es brutal a partir de la próxima semana- todavía tendría su oportunidad. Pero, para ello, la cuestión innegociable es sacar otras dos victorias esta semana de doble jornada ante Bayern Munich y Alba Berlín.

Por su parte, en la competición doméstica tras la jornada del fin de semana el Baskonia ha conseguido regresar a unas posiciones de play off que hacía mucho tiempo que no pisaba. No fue capaz de clasificarse para la Copa del Rey y la presencia en la fase por el título hubiese estado ya en serio riesgo de no haberse sumado el sábado esa agónica victoria en Fuenlabrada después de una gran remontada en el último cuarto y dos prórrogas en un ejercicio de supervivencia a toda costa. Tras los tropiezos de Unicaja y San Pablo Burgos, el Kirolbet ha accedido a la octava plaza, tiene la sexta a solo un partidos y la quinta a dos.

Coronavirus. La Euroliga ha anunciado que el Milan-Real Madrid previsto para esta semana se jugará a puerta cerrada. La decisión se basa a las regulaciones que aplican las pautas de la OMS y de las que están actualmente vigentes en la región de Lombardía en Italia y después de consultar con el departamento médico de la propia competición. "Para garantizar la seguridad de los jugadores, entrenadores y árbitros, evitar la propagación del virus y mantener la regularidad de la competencia, el equipo local ha establecido protocolos especiales de seguridad sanitaria para los juegos", dice.

El Milan-Madrid, a puerta cerrada

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