La maratón en el sur de Madrid desembocó en un agónico final feliz, pero el Baskonia no puede albergar demasiados motivos para sacar pecho y sentirse satisfecho consigo mismo. En la pista de un firme candidato al descenso, necesitó dos agónicas prórrogas, la lesión del jugador más talentoso en las filas locales (Jerome Randle) y el progresivo desgaste físico de un Fuenlabrada completamente extenuado para rescatar una victoria con tintes casi milagrosos. Tras asomarse al borde del abismo en el minuto 36 después de un triple de Marc García (83-70), el equipo vitoriano tiró de fe y aprovechó el vértigo del anfitrión para forzar el tiempo suplementario y dar la puntilla más tarde.

Tuvo que aparecer un gigantesco Shengelia para rescatar a un Baskonia sometido durante infinidad de minutos por un modesto sin recompensa alguna a su mejor juego. El georgiano, bien secundado por los vitales triples de Janning y el incandescente trabajo de Diop con muchas manos en defensa, volvió a ser el salvador azulgrana. Más allá de la victoria, Ivanovic no pudo rescatar nada positivo con dos bases fuera de onda y un banquillo intrascendente con jugadores como Dragic, Fall y Polonara incapaces de sumar en positivo. El Fuenlabrada tuteó a los vitorianos hasta el punto de tener la victoria al alcance de su mano, pero la pérdida de Randle resultó irreparable para sus intereses y permitió a la defensa alavesa respirar más tranquila.

Nada mejor que transitar por una parte amable amable del calendario para tratar recuperar sensaciones y mejorar la precaria salud liguera, pero ni siquiera en los lugares más propicios se siente cómodo el Baskonia para ver la luz al final del túnel en una temporada aciaga. Un partido en el que el viento soplaba a su favor tras un esperanzador 24-37 se complicó hasta límites insospechados con errores de bulto y una ternura defensiva que clamó al cielo.

La tropa azulgrana pasó en un breve lapso de tiempo de gobernar el partido con puño de hierro a verse desbordada por uno de los equipos más endebles de la ACB. El vendaval fuenlabreño se tradujo en un abrumador parcial de 19-2 tras casi siete minutos de abstinencia anotadora en las filas alavesas. De repente, el Kirolbet se perdió en un mar de defensas fraternales, sufrió las volcánicas acometidas del purasangre Eyenga y comenzó a perder el rigor exhibido hasta ese instante en ataque con Shengelia como punta de lanza.

Consciente de los erráticos porcentajes exteriores de su exequipo en la presente temporada, Paco García decidió morir concediendo infinidad de tiros abiertos a los alaveses. Con una defensa muy hundida, fue una estrategia hasta cierto punto coherente que, sin embargo, fue aprovechada durante ciertos tramos por los pupilos de Ivanovic para perforar el aro local con suma facilidad. El ingreso del escurridizo Randle frenó de raíz las positivas evoluciones de un Baskonia que se resintió con Henry al frente de las operaciones, volvió a desangrarse en el cierre del rebote defensivo y apenas agradeció el ingreso de los jugadores de la segunda línea.

El duelo anotador entre Anderson y Shengelia presidió un partido de elevado ritmo anotador. Si el escolta americano hizo la vida imposible a Janning, el georgiano destapó las débiles costuras de Gillet. El revulsivo de Fall, un visto y no visto con tres faltas en menos de cuatro minutos, no alteró el preocupante panorama en el sur de Madrid, donde el crédito de muchas piezas quedó seriamente tocado. Tan negro vio Ivanovic el panorama que recurrió incluso a Miguel González en busca de una mayor mordiente defensiva.

Pese a su superioridad física en muchos puestos, el Baskonia opuso una intensidad de patio de colegio ante un anfitrión que le sobrepasó a base de un ritmo elevadísimo y aprovechó muchas faltas fuera de lugar para acudir con asiduidad a la línea de personal. El Fuenlabrada adquirió una preocupante máxima en las postrimerías del tercer cuarto (72-57), pero en ese instante recibió el varapalo anímico de la lesión de su efectivo más caliente. Randle perdió el equilibrio tras un resbalón inoportuno y su rodilla derecha quedó lastimada viéndole obligado a abandonar la pista. Solo una desgracia de ese calibre ayudó a la tropa alavesa a cambiar la inercia de un duelo viciado en el que siempre fue un paso por detrás del vértigo, estabilidad y ambición de su rival. Esta vez se salvó milagrosamente de la quema.

las claves

Desastre maquillado Tras un buen arranque de partido, el Baskonia perdió el rigor y sus defensas fraternales permitieron el dominio del Fuenlabrada. El conjunto madrileño tan solo desfalleció a falta de cuatro minutos cuando perdió la brújula y se quedó sin amenazas en ataque tras la inoportuna lesión de Jerome Randle.

Shengelia y poco más El georgino evidenció en el sur de Madrid que es el corazón y el alma de un Baskonia abandonado ayer por sus hombres de banquillo pero que, al menos, encontró en Janning a una amenaza desde el perímetro y tuvo en Diop a un notable bastión defensivo. El resto no opuso ningún argumento sobre la mesa.

la figura

Shengelia

El faro al que se agarró el Baskonia para dar la vuelta a un partido que estaba perdido. Personalidad, acierto y raza a partes iguales para echarse el equipo a su espalda.

44

valoración de Toko

El georgiano firmó su mejor actuación a nivel estadístico desde que compite con la elástica azulgrana.

el entrenador

1Ivanovic La victoria no puede esconder la mala imagen de un Baskonia reincidente hasta la saciedad en los mismos errores de toda la temporada. El técnico montenegrino apenas contó con varios hombres de banquillo cuya producción fue irrelevante como Dragic, Fall o Polonara. Volvió a encontrar en Diop al faro defensivo que propició la reacción azulgrana antes de la primera prórroga.