Vitoria - En el reciente All Star de la NBA se introdujo como gran novedad del habitual concurso de triples la obligación de lanzar dos balones desde más allá de los nueve metros con un valor de tres puntos cada uno en el caso de acabar dentro de la red. Una muestra evidente del cambio profundo que está viviendo el baloncesto en los últimos años, convirtiéndose en una disciplina en la que cada vez es más fundamental disponer de tiradores eficaces desde la larga distancia y con un rango de lanzamiento lo más amplio posible.

Pues bien, esta tendencia generalizada desgraciadamente parece haber pasado de largo este curso por el Buesa Arena. Porque la implacable realidad se empeña en demostrar, partido tras partido, que el Kirolbet Baskonia carece por completo de alguno de estos especialistas. El problema desde luego no es nuevo y se ha evidenciado prácticamente en todos los encuentros disputados desde que arrancó la campaña. Y es que ni mucho menos es fruto de la casualidad que la escuadra azulgrana ocupe las últimas posiciones en la clasificación de porcentaje de triples convertidos.

Esa falta de acierto y en no pocos momentos incluso de amenaza se ha cobrado, como era previsible, un elevado peaje que ha engordado considerablemente el casillero de derrotas azulgranas. En contadas ocasiones pequeños fogonazos han mitigado esta sangría permitiendo al equipo equilibrar su juego pero, desgraciadamente, la tónica general ha sido la contraria.

Y no es necesario remontarse demasiado en el tiempo para encontrar un claro ejemplo de ello. El duelo del jueves ante el Zalgiris sirve de perfecto botón de muestra. El combinado lituano, dirigido magistralmente desde el banquillo por Sarunas Jasikevicius, percibió a la perfección las dudas alavesas desde el exterior y se centró en fortificar su zona -además de dominar a su antojo el rebote en ambos aros- esperando a que su adversario cavara su propia tumba. Algo que no tardó demasiado en producirse. Porque los discípulos de Dusko Ivanovic sentían cómo el balón les quemaba en las manos cada vez que lo recibían más allá de la línea de 6,75 y en las escasas ocasiones en las que se atrevían a mirar al aro -bien por decisión propia o bien empujados por el final de la posesión- se daban de bruces con su poco tino. Una película ya vista en infinidad de ocasiones pero que contó con un ingrediente extra.

El del jueves fue el primer partido que el Baskonia disputó tras haber mostrado la puerta de salida a Nik Stauskas. El canadiense aterrizó en el Buesa el pasado verano con la vitola de lanzador excelso y la misión de asumir la responsabilidad de ejercer de killer azulgrana. Algo que, sobra decir, no llegó a conseguir en ningún momento lastrado por los problemas en su rodilla. Pero aunque su rendimiento no ofreciese el salto de calidad esperado, su presencia sobre el parqué, al menos, servía para que sus compañeros pudieran jugar un poco más liberados.

Los equipos rivales acostumbraban a sobredefender a Stauskas y eso redundaba -al margen de lo que su propia calidad individual le permitía aportar- en que el resto de exteriores tuviese mayor libertad. Ahora sin embargo esa amenaza ha desaparecido por completo y el Zalgiris fue el primero en explotarlo al máximo.

Pero muy probablemente no será el último. Por lo que el Baskonia necesita urgentemente dar con una solución para este grave problema. Bien a través de la incorporación de alguna de las piezas que ofrezca el mercado o, como mínimo, mejorando la contribución de los actuales integrantes de la plantilla.

Especialmente significativo es el caso de Matt Janning, a priori el otro gran especialista del juego exterior azulgrana. El estadounidense con pasaporte georgiano es apenas una sombra de sí mismo y no pasa del 27% de acierto en triples en la Euroliga. Expediente muy similar al que presentan otros exteriores como Shields, Henry, Vildoza o el recién llegado Dragic. Sin un paso adelante por su parte, la reacción azulgrana será casi imposible.

los datos

Ataque previsible. Sin la capacidad de anotar desde lejos, el ataque del Baskonia es muy fácil de controlar para sus rivales.

Una pieza menos. La marcha de Stauskas ha mermado todavía más la escasa amenaza exterior de un equipo desequilibrado.

la cifra

32,8%

Ese es el pobre porcentaje de acierto en el lanzamiento de tres puntos que presenta el Kirolbet Baskonia en los 25 encuentros de la Euroliga que ha disputado hasta el momento, lo que le convierte en el peor de los dieciocho participantes. No mucho mejor le va en la ACB, donde con un 35% ocupa el undécimo puesto de la tabla clasificatoria.