Vitoria - En momentos de precariedad y ante el incomprensible inmovilismo de las altas esferas a la hora de subsanar los graves problemas de lesiones, cualquier entrenador debe innovar, encontrar revulsivos y tratar de hacer más con menos. A punto de cumplir el primer mes de su tercera etapa en Vitoria, Dusko Ivanovic busca moldear a su imagen y semejanza a un Baskonia que no va sobrado de efectivos en algunas demarcaciones de la pista, de ahí que el técnico montenegrino haya debido sacarse algún conejo de la chistera que posibilite poco a poco la reacción de un colectivo deprimido e inconsistente.

Acaso la principal novedad táctica introducida en algunos tramos de sus nueve partidos al frente del equipo vitoriano haya sido la presencia de tres hombres altos con Achille Polonara reubicado como alero. Se trata del único puesto que no se encuentra doblado en la plantilla azulgrana desde la grave lesión de rodilla sufrida por Patricio Garino que le va a retirar de la circulación durante toda la temporada.

Todo hace indicar que el ansiado fichaje que ocupe la vacante dejada por el guerrero argentino no está ni previsiblemente tampoco se le espera, por lo que a Polonara se le ha abierto una rendija para disputar los minutos que tanto anhela fuera de su hábitat normal como recambio natural de Shengelia. La apuesta de Polonara como tres insufló el pasado domingo energías renovadas al Baskonia a la hora de despertar de su pronunciado letargo ante un Real Madrid absolutamente dominador en el cuarto inicial.

Ivanovic volvió a alinear en el WiZink Center al polivalente italiano en una demarcación que, tal y como comentó ayer tras el entrenamiento matutina, le resulta desconocida en su carrera profesional. Obligado por las circunstancias, el ala-pívot llegado del Sassari -vigente subcampeón del país transalpino tras perder la final ante el Reyer Venezia- intenta asimilar a marchas forzadas los automatismos que implican su posible nuevo rol en el Baskonia. Durante su largo periplo en el baloncesto de la Lega, jamás desempeñó la función que Ivanovic le ha encomendado en estos últimos tiempos.

Despliegue generoso En la que está siendo su primera experiencia fuera de Italia, Polonara busca consagrarse como un baloncestista de alto nivel. Hasta ahora siempre había convivido a la sombra de Shengelia, pero bajo la batuta de Ivanovic siente que pueda dar un paso al frente y erigirse en un todoterreno rocoso capaz de manchar muchos apartados estadísticos. "Para mí es algo nuevo jugar como tres. Nunca lo he hecho en mi vida. Desde que Dusko ha venido aquí, quiere que me desenvuelva ahí. Él cree que puedo hacerlo bien y yo estoy contento porque esto significa que tiene confianza en mí", subrayó ayer un protagonista con el rostro mucho más alegre.

La contribución de Polonara frente a los pupilos de Laso resultó impagable, aunque está por ver si lo sucedido ante el Real Madrid supone flor de un día o, por el contrario, tiene continuidad en el tiempo. El jugador nacido en Ancona, de 28 años, contribuyó decisivamente a nivelar la importante desventaja física ante un adversario galáctico que dispone de músculo, fortaleza física y capacidad atlética en el tres gracias al empuje de piezas como Deck y Taylor. Su derroche en el rebote fue generoso con nueve capturas, por no hablar de un acierto ofensivo desconocido por estos lares.

Y es que Polonara se permitió el lujo de anotar dos de sus cuatro triples o firmar incluso una canasta más propia de un virtuoso con su mano mala, la derecha, tras una penetración a canasta. El Baskonia obtuvo un +28 en los cerca de 24 minutos que permaneció sobre la cancha merengue, una auténtica barbaridad que puso de relieve su ascendencia en la increíble victoria rubricada por los vitorianos ante un dragón de incontables cabezas que acumulaba 31 victorias consecutivas en el WiZink Center.

"Estoy contento porque creo que por mis condiciones me puedo adaptar a este puesto. Quiero hacerlo bien por mí, por el equipo y por Dusko. Lo más importante es tener minutos. Si juego como uno, cuatro o cinco es indiferente. Lo importante es jugar", insistió en dos ocasiones un ala-pívot que durante la etapa de Perasovic estuvo sumido en la más absoluta irrelevancia y que tras el cambio de entrenador se está destapando como una alternativa útil a la hora de poder oxigenar a pesos pesados como Shields o Shengelia. El partido de mañana ante el Khimki servirá para disipar más dudas respecto al rol que puede tener en Vitoria en lo que resta de ejercicio.