vitoria - Tras cuatro temporadas consecutivas pisando el glamuroso Top 8, la continuidad del Baskonia dentro del grupo de elegidos en la Euroliga se encuentra esta vez más en el alero que nunca. Se sabía de antemano que la presente edición continental sería la más exigente de toda la historia debido a la dureza de un calendario agotador con 34 partidos, las multimillonarias inversiones de la mayoría de rivales directos o la propia dificultad de la entidad vitoriana para reinventarse con acierto el pasado verano. A la hora de la verdad, los apuros azulgranas están resultando mucho más graves de los esperados en un principio.

En un torneo convertido en la vara de medir más precisa para cualquiera, las imperfecciones del Baskonia han salido a la luz con excesiva frecuencia y las perspectivas para encarar la segunda vuelta de la fase regular no son muy halagüeñas. El problema no son exclusivamente las diez derrotas que lucen en su casillero, sino cómo una plantilla repleta de carencias y abandonada a su suerte por las altas esferas ha bajado los brazos de mala manera en muchos partidos de infausto recuerdo.

Los hirientes correctivos encajados ante el Maccabi (83-113), el Panathinaikos (100-68), el Anadolu Efes (77-102), el Valencia (105-77), el Real Madrid (55-77) y el Alba Berlin (81-57) han supuesto un borrón en la inmaculada trayectoria de un club célebre por su gen competitivo y su carácter indomable desde el bautismo del torneo en el año 2000.

Alcanzado el ecuador de la Euroliga, se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío. Si bien la octava posición sigue a tan solo una victoria de diferencia, no es menos cierto que las sensaciones que irradia el Baskonia no son las ideales, está por ver cómo afectará el varapalo de la ausencia copera y que la plantilla tan corta en manos de Dusko Ivanovic no da mucho más de sí. Sin refuerzos que proporcionen de forma inminente un salto de calidad y subsanen la plaga de lesiones en la cuerda exterior, todo hace indicar que la suerte del Baskonia estará echada.

Queda todavía un mundo por jugarse para tratar de enderezar el maltrecho rumbo, pero lo cierto es que ni el juego, ni la estabilidad ni el potencial del cuadro vitoriano permiten soñar con grandes alegrías en el futuro. La prueba más palpable de la extrema dificultad del objetivo en cuestión es que el Baskonia apenas ha pisado el Top 8 en cuatro de las diecisiete jornadas transcurridas hasta ahora. Desde la victoria del lejano 1 de noviembre ante el Bayern Munich en el Buesa Arena, el cuadro alavés no ha podido asaltar una zona de privilegio que ahora estará más cara que nunca ante la enorme igualdad existente en la zona media.

El único consuelo es que, con todo lo que ha llovido, el Baskonia no ha perdido contacto con los aspirantes e integra un nutrido pelotón de equipos con las esperanzas todavía intactas. Desde el séptimo al decimoquinto clasificado, apenas hay tres victorias de diferencia, por lo que una puntual buena racha puede disparar la cotización de cualquiera en próximas fechas.

De lo que no hay duda es que la cadencia de triunfos firmada hasta ahora por el Kirolbet se antoja insuficiente para escalar posiciones y buscar el quinto pasaporte consecutivo hacia el Top 8. Posiblemente será imprescindible ganar diez partidos en la segunda vuelta con el fin de hacer realidad un objetivo plagado de espinas. Dado que es la primera vez que la fase regular de la Euroliga consta de 34 jornadas tras la última ampliación a 18 conjuntos, aún se desconoce dónde puede estar situado el techo de victorias que permita acceder a los cruces.

Al menos, el calendario hará un pequeño guiño a la formación de Ivanovic, que si bien aún debe visitar a los cinco primeros clasificados (Anadolu Efes, Real Madrid, Barcelona, Maccabi y CSKA) deberá recibir en el Buesa Arena a la mayoría de los adversarios con los que compite por la octava plaza, entre ellos el Armani, el Estrella Roja, el Khimki, el Valencia Basket, el Asvel Villeurbanne o el Fenerbahce, precisamente la primera piedra de toque mañana en el recinto de Zurbano.

Derrotas duras. El Baskonia se mostró especialmente impotente en los encuentros ante Maccabi (83-113), Panathinaikos (100-68), Efes (77-102), Valencia (105-77), Real Madrid (55-77) y Alba (81-57).

Siempre a remolque. El conjunto vitoriano tan solo ha estado en posiciones que conducen a los cruces en cuatro de las diecisiete jornadas de la primera vuelta. La última vez que lo consiguió fue en la sexta jornada tras ganar el pasado 1 de noviembre al Bayern Munich en el Buesa Arena.

El calendario pendiente. Los pupilos de Ivanovic deben visitar a los cinco primeros clasificados, pero por contra recibirán en casa a casi todos los rivales directos en pos de los cuartos de final (Fenerbahce, Khimki, Valencia, Asvel, Estrella Roja y Armani),