Vitoria - En el mundo del deporte los estados de ánimo son fundamentales en el devenir de una temporada y hay ocasiones en la que el funcionamiento en negativo de la cabeza hace rendir a los jugadores muy por debajo de su nivel real. Algo así le venía pasando al Baskonia en un tormentoso transitar por el desierto que le ha conducido a una situación ciertamente complicada, con sus objetivos mínimos de la campaña en serio riesgo. Habrá que ver si la victoria, salvada en el último segundo además, ante el Barcelona del pasado jueves sirve para cambiar la dinámica de un equipo que se encontraba mentalmente sobrepasado y que tiene ante sí la oportunidad de renacer. Para la enfermedad, en el baloncesto y en cualquier otra disciplina deportiva, no hay mejor remedio que la victoria, pero un triunfo sensacional como el que se vivió en el Buesa Arena hace apenas unas horas no sirve de nada si no viene acompañado de continuidad en los buenos resultados. Porque, en la pelea por sus objetivos, cada triunfo vale ya su peso en oro para el equipo vitoriano, que no puede permitirse hoy tropezar ante el BAXI Manresa si quiere mantener aún sus esperanzas de estar en la próxima edición de la Copa del Rey que se celebrará en Málaga.

La clasificación para su competición favorita pende de un hilo para el Baskonia, que tiene la obligación de vencer los dos encuentros que le quedan para cerrar la primera vuelta -el ya señalado hoy contra el cuadro manresano y el viaje que tendrá que hacer el próximo domingo a la cancha del Herbalife Gran Canaria- para tener opciones de estar en el Martín Carpena del 13 al 16 de febrero. Todo lo que sea tropezar de nuevo supondría fracasar en ese objetivo de partida de estar entre los ochos mejores y en el que en tan pocas ocasiones ha fallado el club.

Si en sus dos primeras apariciones al frente del equipo la presencia de Dusko Ivanovic no consiguió revitalizar los ánimos de sus jugadores, ante el Barcelona se vio un Kirolbet muy distinto. Sobre todo desde el punto de vista de la agresividad y la actividad en defensa, factores sobre los que el preparador montenegrino siempre gusta de construir sus proyectos. Ni siquiera la ausencia por lesión de Luca Vildoza y el hecho de tener que jugar prácticamente con Pierria Henry como único base -los relevos de Sergi García, aunque buenos, no fueron más que para darle descanso al estadounidense- fue obstáculo para superar a la mejor plantilla de Europa. Ya se sabe que con el técnico de Bijelo Polje la palabra excusa ni siquiera existe en el diccionario -más aún cuando el Manresa llega a Vitoria con las bajas de Frankie Ferrari y Dani Pérez, los dos directores de juego que empezaron la temporada, por lo que Pedro Martínez solo tiene disponible en esa posición a Aleksandar Cvetkovic-, por lo que hoy de nuevo habrá que tirar sin rechistar con los jugadores disponibles.

En esta tesitura, ganar es una obligación ineludible para un Baskonia que no puede permitirse el lujo de caer de nuevo -serían ya demasiadas- después de haberse levantado ante el Barcelona.