vitoria - El tiempo no se detiene a esperar a nadie en el mundo del baloncesto profesional y el terremoto en el seno del Baskonia que en las últimas horas se ha llevado por delante a Velimir Perasovic para situar a los mandos del banquillo vitoriano a su hasta ahora asistente, Josep Maria Berrocal, no es excusa alguna para el carácter siempre competitivo de este club que esta noche se jugará parte importante de sus opciones de alcanzar uno de sus objetivos mínimos de cada temporada, la clasificación para la Copa del Rey. Al conjunto azulgrana se le acumulan las jornadas trascendentales en busca de un pasaporte copero que, pese a las dos últimas victorias selladas ante el Joventut y el Murcia, todavía sigue en el aire a estas alturas por su irregular rendimiento. Su presencia en la cita prevista en febrero del 2020 en el Martín Carpena de Málaga podría allanarse bastante si hoy hace los deberes ante un San Pablo Burgos de gatillo fácil pero bastante endeble en labores defensivas en los últimos tiempos.

Todo hace indicar que hasta la última jornada de la primera vuelta, momento en que se efectúa todos los años la pertinente criba para conocer la identidad de los ocho participantes, no quedarán resueltas las incógnitas. Real Madrid, Barcelona, Zaragoza y Unicaja, este gracias a su condición de anfitrión, están virtualmente clasificados. Por lo tanto, quedan cuatro vacantes por las que seguramente habrá una lucha encarnizada entre un gran número de aspirantes.

El equipo vitoriano tiene la imperiosa necesidad de seguir acumulando victorias con el fin de evitar agobios de última hora. Mucho más si el visitante que comparece en el Buesa Arena es un rival directo en la carrera por dicho objetivo y con las mismas victorias en la clasificación. Pese a que muchos ojos de los aficionados están depositados en la Euroliga, sobra decir que la velada de esta noche ante el San Pablo Burgos tiene prácticamente la consideración de final. No en vano, vitorianos y burgaleses integran el nutrido ramillete de equipos igualados a siete triunfos entre los puestos quinto y undécimo. Cualquier desliz a estas alturas puede ser mortal de necesidad y el Baskonia no puede permitirse el lujo de volver a titubear al amparo de su público en un choque de estas características donde hay tanto en juego.

obviar el cansancio La agotadora semana que está quedando atrás no ha servido precisamente para alimentar la baja autoestima alavesa, sino echar más leña al fuego de la inconsistencia de un maratoniano azulgrana sin excesivos argumentos baloncestísticos en las grandes refriegas. Sin embargo, la tropa desde hoy ya dirigida por Berrocal está obligada a recomponerse, alcanzar unas cotas mínimas de solidez y extraer fuerzas de flaqueza para superar al San Pablo Burgos, un visitante que está protagonizando una notable temporada pero que perdió la semana muchas de sus esperanzas de acceder a la Copa con la inesperada derrota ante el Bilbao Basket en el Coliseum.

Ese traspié se suma al cosechado esta semana en la Champions League de la FIBA frente al Anwil polaco, por lo que los discípulos de Joan Peñarroya pueden estar perdiendo algo de ese aura de grupo competitivo que han demostrado en estos primeros meses del curso. El técnico catalán fue reclutado por la directiva del San Pablo en busca del salto de calidad que se resistía con Diego Epifanio. En la capital burgalesa también han aterrizado jugadores de prestigio como Earl Clark o Thad McFadden que se suman a otros con experiencia en la Euroliga como Augusto Lima o Bruno Fitipaldo.

Hacer del Buesa Arena nuevamente un fortín se antoja decisivo. Si no quiere comprometer al máximo su presencia en la Copa del Rey, el Baskonia necesitará ganar previsiblemente tres de los últimos cuatro partidos de esta primera vuelta y disponer también de un buen average general. Cabe recordar que tras el San Pablo Burgos, afrontará una difícil salida a Zaragoza, recibirá en casa al Manresa y tendrá que hacer nuevamente la maleta para desplazarse hasta Las Palmas y verse las caras con el Gran Canaria.