Vitoria - Baskonia e Iberostar ya se vieron las caras en dos ocasiones durante la pretemporada, pero no será hasta esta tarde-noche cuando el Baskonia se reencuentre en partido oficial con uno de sus hijos pródigos que vistió la elástica azulgrana durante cuatro campañas en dos etapas diferentes. Marcelinho Huertas es una voz autorizada para opinar de cualquier asunto relacionado con el Baskonia, con quien conquistó una Liga ACB y al que siempre brindó tanto su gran conocimiento del juego como su estilo cerebral al frente del timón. El club presidido por Josean Querejeta buscaba un perfil de base mucho más físico y puede que el incombustible paulista también necesitara a sus 36 primaveras un club menos estresante en el plano físico y mental, de ahí que el divorcio del verano no le sorprendiera a casi nadie.

Lo primero de todo. ¿Por qué escogió la propuesta del Iberostar?

-Básicamente porque es un equipo muy competitivo que está dirigido por un entrenador al que conocía muy bien y con el que trabajé en su día en Bilbao. La verdad es que me brindaron la oportunidad de recalar por dos temporadas en un club que viene creciendo durante los últimos tiempos. Es un proyecto que me ilusionante bastante y al que quiero ayudar a crecer todavía más. Estoy muy contento de formar parte de esta entidad.

¿Tuvo que insistir Txus Vidorreta para que aceptara la oferta teniendo en cuenta que priorizaba seguir su carrera en un club de Euroliga?

-He de reconocer que fue un proceso largo porque estuve hablando con varios equipos de Euroliga y de ACB. Iba manteniendo contactos con todos ellos y todas las opciones estaban abiertas. Con Txus hablé bastantes veces y él era el primer consciente de que también estaba valorando otras cosas. Sin embargo, en ningún momento me puso contra la pared ni me presionó ni nada por el estilo con tal de que viniera aquí. Al final he venido a Tenerife por voluntad propia, lo único fue una decisión que tuve que madurar durante un cierto tiempo porque había otras posibilidades interesantes encima de la mesa.

¿Ha sido una pequeña decepción quedarse fuera de los focos de la máxima competición continental?

-No, para nada. Tuve ofertas de Euroliga y las he rechazado.

Alguien puede pensar entonces que ha dado un paso atrás en su carrera. Sin embargo, a usted se le ve convencido de la determinación que ha tomado. ¿Es así?

-En ningún momento me he planteado así las cosas ni pensaba que el hecho de fichar por un equipo que no fuese de Euroliga iba a suponer una menor carga a nivel físico y mental. En Tenerife también sigo teniendo la posibilidad de disputar dos competiciones al más alto nivel -el Iberostar compatibiliza la ACB y la Basketball Champions League de la FIBA- y la exigencia es más o menos la misma que la que tenía en Vitoria. Aunque esté jugando ahora en un equipo que quizás pueda tener algo menos de nombre que otros en los que he militado, cada día que entrenamos y jugamos es para ganar. La gente debe mostrar un respeto máximo por el Iberostar.

A nivel personal, está promediando grandes números, juega alrededor de 28 minutos por velada y continúa demostrando que no se le acaba la gasolina. ¿Cómo lo hace?

-Bueno, yo quiero seguir aportando cosas en todos los equipos donde estoy. El club ha demostrado una gran confianza en mi y yo intento responder de la mejor manera dentro del campo. Siempre intento dar lo máximo y nunca me conformo, pero todo ello en un contexto de ayudar al equipo a sumar victorias.

A excepción de la derrota inaugural ante el Bilbao Basket, la trayectoria del Iberostar es notable. ¿Cuáles son los objetivos que se ha marcado en tierras chicharreras?

-Éramos un equipo completamente nuevo y quizás lo pagamos en la primera jornada con la derrota ante el Bilbao Basket. Mostramos demasiadas ganas y nos pudo en exceso la ansiedad, pero son cosas que pueden pasar. Durante el año pierdes partidos que no te esperas y luego ganas otros en los que, sobre el papel, hay menos posibilidades. Lo más importante es que encontremos una regularidad y tengamos una identidad como colectivo. Estamos en este proceso de tratar de conseguir una química entre todos nosotros porque somos un grupo completamente nuevo. Todo esto, a veces, lleva su debido tiempo para que las cosas funcionen tal y como quiere el entrenador.

El Iberostar ha sido uno de los animadores del mercado estival con fichajes de indudable prestigio. ¿Notan que a partir de esta campaña se les va a exigir algo más?

-Solo sé que poco a poco las sensaciones están siendo buenas, el equipo ha mejorado y ya es lo suficientemente competitivo como para optar al triunfo en cada partido. Estamos todavía muy al principio de la temporada, pero si tenemos la posibilidad de ir peleando por objetivos pequeños y ganar partidos, entrar en la Copa del Rey sería desde luego algo muy positivo. Está claro que no es una obsesión del club, pero sí una ambición personal de cada jugador porque eso siempre da prestigio. Lo que aspiramos es a ganar el mayor número de partidos y ver dónde podemos llegar sin colocarnos ningún tipo de presión sobre los hombros.

Siempre necesita algún socio para ejecutar el célebre ‘pick and roll’. ¿Ha hecho ya buenas migas en este sentido con Shermadini?

-La verdad es que tengo una buena química con él, pero nuestro equipo es mucho más que una simple pareja de jugadores. También hay más variedad de recursos que el bloqueo y continuación. Disponemos de otras muchas armas y más jugadores cualificados para aportar su granito de arena al equipo. Nuestra fuerza va a estar basada en exhibir una solidez muy grande como colectivo y que numerosos jugadores puedan ser de utilidad y aportar.

¿Qué le parece el nuevo proyecto configurado por un Baskonia que todavía no tiene la ansiada velocidad de crucero?

-Es un equipo muy diferente al de las últimas temporadas que yo estuve en Vitoria. Hay una base de jugadores ya consolidada y otros que irán ganando poco a poco más protagonismo. Posee una calidad por encima de la media. Shengelia se mantiene como el gran líder, mientras que los nuevos fichajes están tratando de encontrar todavía su sitio y la regularidad. Llegar al Baskonia de primeras nunca es fácil, ya que supone tener que ganar todos los días y una cierta presión. A veces, cuando se empieza una campaña con tantos altibajos siempre entran las dudas, sobre todo en un sitio como Vitoria donde se está acostumbrado a ganar y existe esta presión a la hora de conseguir resultados. Sus jugadores interiores tan grandes pueden intimidar mucho a nivel defensivo. Han conformado una plantilla bastante completa y es difícil hablar de un solo jugador.

Su buen amigo Jayson Granger ha vuelto a ser víctima de otra desgracia. ¿Le ha insuflado ya ánimos?

-¿Qué te voy a decir yo? Viene luchando desde hace años contra esa lesión que le ha martirizado en el pie. Poco a poco estaba mejorando, pero no acababa de alcanzar su mejor nivel. Al final de la pasada temporada parecía que se encontraba otra vez muy bien, estaba fuerte y sin dolor recuperando otra vez viejas sensaciones, y de repente te viene un golpe tan duro así en el minuto 2 del primer partido. No hay remedio ni cosas que ninguno de nosotros le pueda decir que le hagan sentirse mejor, tan solo queda animarle. Es un chico que por suerte posee un físico privilegiado y seguramente volverá muy bien. Lo más importante es que tenga la cabeza en su sitio para aguantar todos estos meses que prometen ser tan duros. No debe perder la ilusión ni venirse abajo. Estoy seguro de que volverá y además a un gran nivel.

El Baskonia ha escogido a Pierria Henry para ocupar el vacío que dejó usted en la dirección. ¿Cómo valora el movimiento?

-Es un jugador muy completo y con un físico espectacular. Es un buen defensor y también atlético. No solo juega bien para él mismo, sino también para el equipo. Creo que está ganando poco a poco protagonismo con el paso de las jornadas y se ha hecho con las riendas del Baskonia aprovechando los problemas físicos de Luca en el hombro.

Lo que está claro es que cada vez quedan ya menos bases a la vieja usanza como usted y la tendencia generalizada en casi todos los lugares es apostar por jugadores con músculo. ¿Lo entiende?

-Esto creo que depende más de cada equipo, del perfil de entrenador encargado de dirigir la plantilla y también del tipo de juego que se quiera imponer en cada sitio. Está claro que Henry posee un perfil completamente distinto al mío y esto puede ser bueno o malo depende de cómo lo mires y cómo quiera hacer cada uno su análisis.

Barcelona y Real Madrid han vuelto a tirar la casa por la ventaja y parecen una temporada más inalcanzables. ¿Es realista pensar que el Baskonia pueda competir con ellos y arrebatarles algún título?

-Yo creo que esa posibilidad existe y no solo el Baskonia la tiene, sino también otros equipos que están tapados. Está claro que siempre va a haber clubes como los dos grandes con capacidad para tirar de talonario e incorporar a los mejores jugadores del mercado, pero al final esto es baloncesto y se gana dentro del campo. Ya hemos visto cantidad de veces en el pasado casos en los que otros equipos han sido capaces de superar esta barrera del desequilibrio económico. Si el Baskonia u otros consiguen llegar con una buena dinámica al momento en que se pongan en juego los títulos de la ACB y la Copa del Rey, no veo la razón para pensar que no pueden hacerlo admitiendo la dificultad. Obviamente los favoritos siempre van a ser Real Madrid y Barcelona, pero nada está escrito de antemano.