vitoria - Si el Baskonia es un equipo con sus correspondientes problemas y todavía sin una identidad marcada, tampoco puede presumir en este instante el Fenerbahce de la estabilidad y solidez soñadas. A nadie se le escapa que los títulos nunca se levantan en octubre y el precedente de lo sucedido la pasada temporada aún está presente en el club ubicado a orillas del Bósforo.
El ogro otomano, golpeado sin piedad en aquel instante por las lesiones, llegó con el gancho al momento de la verdad, sobre todo la Final a Cuatro del Buesa Arena donde acabó en cuarto y último lugar tras ser superado de cabo a rabo por el Anadolu Efes en semifinales y el Real Madrid en la pelea por el tercer puesto. De ahí que este ejercicio haya decidido comenzar al ralentí y no quiera gastar todas las balas a las primeras de cambio.
Pese a la continuidad de Zeljko Obradovic y buena parte de su espina dorsal, bajan las aguas algo revueltas en el seno del próximo rival azulgrana tras únicamente dos jornadas transcurridas de Euroliga. No en vano, el Fenerbahce afronta la visita de los alaveses con unas urgencias desconocidas como consecuencia de un deficiente arranque continental.
El turco, imbatido a nivel doméstico, es uno de los cinco equipos que todavía no se ha estrenado en la máxima competición junto al Maccabi, Zalgiris, Zenit San Petersburgo y Valencia Basket. Compitió de forma notable en el WiZink Center ante el Real Madrid, pero viene de firmar una bochornosa actuación en la caliente pista de un Estrella Roja que le dejó en unos pírricos 56 puntos, una anotación impropia de un equipo que cuenta entre sus filas con una constelación de estrellas como Kostas Sloukas, Nando De Colo, Derrick Williams o Jan Vesely.
vesely, sin tono físico Para una leyenda inagotable y un voraz devorador de títulos como Obradovic, con nueve Euroligas e infinidad de apariciones en la Final Four a sus espaldas, se trata de un arranque atípico durante su dorada andadura en los banquillos de la Euroliga. Ninguno de los equipos que ha dirigido en las dos últimas décadas había debutado en el torneo con dos derrotas, algo que deja bien a las claras el colmillo afilado y el enorme gen competitivo de un entrenador que no consiente bajadas de tensión a sus discípulos.
El Fenerbahce está demostrando en estos primeros compases de la campaña un aire ciertamente terrenal del que se puede beneficiar el Baskonia. Mejor coger a esta clase de rivales ahora que más adelante cuando hayan metido varias marchas más y estén lanzados con su consabida velocidad de crucero.
Tampoco puede presumir el adversario vitoriano de una salud inmejorable, sobre todo en el juego interior. Joffrey Lauvergne permanece de baja desde febrero de este año por una misteriosa lesión de tobillo sufrida en la Copa turca y Jan Vesely reapareció la semana pasada tras perderse el Campeonato del Mundo de China por culpa de su maltrecha rodilla. El volador checo se encuentra obviamente a años luz de su tono físico ideal, de ahí que el rocoso Vladimir Stimac haya aterrizado en Estambul con un contrato temporal de tres meses bajo el brazo.
Respecto a la temporada anterior, el Fenerbahce ha perdido a dos referentes como Marko Guduric y Nicolo Melli, que han saltado a la NBA de la mano de los Grizzlies y los Pelicans, respectivamente. Sin embargo, la identidad de sus dos sustitutos no tiene mucho que envidiarles. El elegante Nando de Colo, autor de 41 puntos en los duelos ante blancos y serbios, y Derrick Williams se perfilan como jugadores más desequilibrantes si cabe en los esquemas de Obradovic. El base francés Leo Westermann, todavía sin una gran incidencia en el juego, completa la nómina de incorporaciones de uno de los cocos de la Euroliga.