vitoria - ¿Qué primera impresión le produce el equipo?

-Tengo un feeling positivo. La verdad es que se ve un muy buen grupo. Fall nos ha impresionado a todos no solo con su altura, sino con lo bien que se mueve y el manejo con el balón. En el resto de compañeros también percibo mucha ambición. Las malas sensaciones de la pasada temporada nos van a dar ese fuego para salir adelante.

La conclusión de lo sucedido el curso anterior es que el Baskonia debe llegar, en la medida de lo posible, mucho más fresco y fino a la parte decisiva donde se juega todo.

-Eso no sé si puede controlar, son cosas del trabajo de cada uno. Creo que la lección está aprendida. Nosotros utilizamos la pasada campaña como aprendizaje de lo que no debemos hacer en ese tipo de situaciones y seguramente este año lo vamos a intentar corregir.

¿Cuáles son los objetivos reales del Baskonia teniendo en cuenta las espectaculares plantillas confeccionadas por otros rivales?

-El objetivo real no es otro que ganar y traer algún campeonato a Vitoria. El espejo en el que debemos mirarnos es Argentina. Nosotros demostramos este verano que no importa el contrario que uno tiene enfrente si el equipo está unido y juega durante los cuarenta minutos con la energía que solemos mostrar. En ese caso, podremos competir de tú a tú con cualquiera. Si cada uno cumple su función, nosotros seremos súper competitivos y no importarán las estrellas de los rivales.

¿Palpa a través de las redes sociales la ilusión que el nuevo proyecto genera en el baskonismo?

-Totalmente. Acá la gente es muy exigente, pero nosotros también lo somos con nosotros mismos. Siempre salimos a ganar y competir de la mejor manera. Se avecina una temporada en la que la gente siente que se puede dejar atrás la mala sensación del último año y volver a disfrutar.

Por lo que detecta del intenso trabajo de estos primeros días, ¿cuáles pueden ser las señas de identidad del Baskonia?

-Creo que podemos convertirnos en un equipo muy físico que se caracterice por la agresividad defensiva y las rápidas transiciones. Queremos imponer un ritmo vivo y dar velocidad al juego, pero lo primero de todo será acoplarnos como colectivo. Ni siquiera hemos jugado un partido con el grupo al completo y debemos tener algo de paciencia para conseguir los automatismos.