vitoria - Cuando el Baskonia concreta el fichaje de un jugador, siempre queda para la intimidad la letra pequeña del contrato que une a las dos partes. Generalmente, nunca suele ver la luz y es algo habitual en el deporte profesional. En el caso de Shavon Shields, reclutado el pasado verano procedente del baloncesto italiano, la entidad vitoriana desveló que su apuesta era para las dos próximas temporadas, aunque entonces omitió un detalle trascendental como era la posibilidad de rescindirlo al término de la primera de ellas. Eso sí, se trata de una hipótesis que, en principio, no se hará realidad.
Según ha podido saber este periódico, el Baskonia dispone de margen durante este mes de junio para, si así lo estima conveniente, acogerse a una cláusula por la que podría prescindir del exterior nacido en Kansas, siempre previo pago de una indemnización económica que no sería excesivamente gravosa para las arcas del Buesa Arena.
Dicho requisito se incluyó en el vínculo rubricado hace un año por ambas partes, que por otro lado también permite al propio Shields romper lazos con el club vitoriano si alguna franquicia de la NBA se interesa por sus servicios y presenta una oferta irrechazable. Algo que en estos momentos tampoco tiene ningún viso de producirse si se comprueba que su trayectoria en Vitoria ha estado repleta de altibajos.
Pese a esta opción mutua tanto del Baskonia como del propio Shields para poder separar sus caminos, lo cierto es que todo hace indicar que el exterior nacionalizado danés cumplirá su segundo ejercicio en Vitoria, donde eso sí confía en convertirse en una pieza mucho más regular, consistente y desequilibrante de lo que ha sido durante estos últimos meses.
Tras destapar su condición de killer en un modesto de la Lega italiana como el Aquila Basket Trento, al que condujo hacia el subcampeonato en la temporada 2017-18 consiguiendo la friolera de 126 puntos en los seis partidos correspondientes a la final ante el poderoso Armani, el impacto de Shields en el juego no ha sido el que club esperaba al comienzo de este ejercicio.
de menos a más Al igual que sucedió con Darrun Hilliard, el alero estadounidense vivió unos inicios difíciles en el Baskonia, donde obviamente no podía disponer del rol de primer espada del que había gozado con anterioridad en su carrera. Para colmo de males, un golpe fortuito en la cabeza con el francés Axel Toupane en uno de los primeros partidos de la Euroliga ante el Olympiacos retrasó su puesta a punto.
Sin embargo, con el paso del tiempo se asentó paulatinamente dentro de los esquemas azulgranas, su nivel subió enteros y empezó a dejar muestras de su capacidad para desplegar un variado repertorio sobre la cancha. Su momento más dulce llegó en los primeros meses de este 2019 cuando el tres nacido hace 25 años en Overland Park (Kansas) fue capaz de brindar una energía contagiosa al Baskonia.
Su fortaleza física y corpulencia le permitieron, entre otras cosas, ayudar en el rebote, ser un cuchillo en transición, buscar el juego de espaldas en el poste bajo y mostrar los dientes ante treses mucho más livianos que él. También hubo fases en las que debió reciclarse al puesto de falso cuatro o incluso ejercer como base ante el cúmulo de lesiones en diferentes demarcaciones.
Como el equipo en general, Shields bajó de forma notable sus prestaciones a raíz de la eliminación continental ante el CSKA e incluso fue un convidado de piedra en el asalto inaugural del play off ante el Zaragoza. Sus números han sido buenos en líneas generales, pero posiblemente el Baskonia y los aficionados esperaban algo más. Sus discretos porcentajes desde la línea de tres también le han lastrado durante ciertos momentos de la temporada.
Dentro del Baskonia existe la confianza de que, ya adaptado al equipo y la ciudad, el segundo año de Shields debe ser más fructífero. Además, su pasaporte comunitario sigue siendo otro factor que empuja a los rectores a dar continuidad al norteamericano, que tiene por delante un verano exento de compromisos internacionales con Dinamarca con el fin de llegar en plena forma al arranque de la pretemporada. Cabe recordar que hace un año participó con éxito en una de las Ligas de Verano de la NBA enrolado en los New Orleans Pelicans.
El escenario actual apunta claramente a la permanencia de Shields a las órdenes de Perasovic de cara a la próxima campaña, aunque el consabido carácter imprevisible de los dirigentes azulgranas en la toma de decisiones sobre la plantilla siempre puede dar pie a una sorpresa.
Liga ACB. 11,5 puntos, 3,1 rebotes y 1,2 asistencias en 25 minutos de juego. En el frente doméstico firmó un pírrico 31% en triples (33/105).
Euroliga. 9,8 puntos, 2,8 rebotes y 1,1 asistencias en 24 minutos de media. Algo más atinado desde la línea del 6,75 con un 35,6% de acierto (26/73).