vitoria - Los discretos resultados que ha obtenido el Baskonia en la última década obligan a replantearse ciertos aspectos en las altas esferas del Buesa Arena y uno de ellos siempre tiene que ver con la controvertida gestión de los cupos, posiblemente el mayor quebradero de cabeza que verano tras verano se encuentra el club azulgrana para confeccionar su proyecto deportivo de la siguiente campaña y un prototipo de jugador cada vez más difícil de encontrar en un mercado inflacionado y en muchos casos de dudosa calidad.
La ausencia de gangas y, sobre todo, los elevados precios establecidos por los agentes, conscientes de que en esta partida de póquer tienen a la larga todas las de ganar, han empujado desde tiempos inmemoriales a Josean Querejeta a adoptar una filosofía muy distinta a la de sus rivales directos. Así lo atestigua que el último fichaje de un baloncestista español continúe siendo el de Alberto Corbacho y date del mercado estival del año 2015. Por contra, el Valencia Basket y el Unicaja -Real Madrid y Barcelona siempre comen aparte siendo los únicos capaces de reclutar a las estrellas que emprenden el camino de vuelta desde la NBA- sí acogen entre sus filas a un buen puñado de jugadores de formación que demuestran temporada su temporada su indudable valía.
Salvo casos concretos en los que el Baskonia ha estimado conveniente realizar una fortísima apuesta económica por jugadores de indudable prestigio (Toko Shengelia y Jayson Granger) o ha surgido alguna interesante opción de mercado a un coste asequible (Rafa Luz), el presidente azulgrana y sus colaboradores cercanos han llegado a la conclusión de que debe ser el club quien forme dentro de su propia estructura a estas jóvenes promesas predestinadas en algún momento a disponer de minutos de calidad en el primer equipo.
Cabe recordar que cualquier comunitario o asimilado formado entre los 14 y los 20 años en un equipo durante un mínimo de tres temporadas puede ser inscrito en la Liga ACB como cupo. Tras este cambio en el último acuerdo suscrito entre la patronal y la ABP, queda justificada en parte la política de captación de talento a edades muy tempranas que viene llevando a cabo el Baskonia. Con promesas en nómina como Tadas Sedekerskis o Miguel González -Arturs Kurucs, Jurij Macura o Sander Raieste pueden serlo en el futuro-, Querejeta evita de esta manera la obligatoriedad de tener que salir al mercado en busca de este perfil de jugador tan complicado que, a menudo, descuadra presupuestos.
sin confianza de ‘peras’ La luz verde por parte de la Federación Española para la creación de un filial en LEB Plata permite desde el pasado verano a la entidad del Buesa Arena matar varios pájaros de un tiro. Por un lado, que se pueda supervisar la progresión de sus incipientes valores desde casa sin que estos tengan que salir al exterior y que de paso se encuentren al alcance de la mano para ayudar al primer equipo en un caso de extrema necesidad.
La temporada recién finalizada, presidida por un incesante número de lesiones, ha podido dar pie en más de un momento a que los canteranos derriben por fin la puerta y se asienten en el Baskonia con un mínimo de continuidad, especialmente en los partidos correspondientes a la Liga ACB, pero a la hora de la verdad dicho objetivo ha quedado una vez más en agua de borrajas.
Velimir Perasovic, poco dado a experimentos y muy resultadista, ha decidido morir con sus contados veteranos sanos antes que conceder la alternativa a estos jugadores en muchos casos todavía inmaduros y huérfanos del oficio necesario para competir al más alto nivel. Ningún canterano ha sentido realmente la confianza del técnico croata, lo que vuelve a reabrir la posibilidad de que alguno de ellos deba salir de Vitoria en calidad de cedido en busca de la continuidad necesaria para su proceso de formación.
No es el caso de Ilimane Diop, ya asentado como un pívot válido para la élite pese a sus escasos avances de los últimos tiempos, pero sí de Tadas Sedekerskis o Miguel González, auténticos convidados de piedra a los que las categorías inferiores se les han quedado muy pequeños y necesitan empezar a codearse con los mejores en la ACB. Tan caros estarán los minutos en el Baskonia a partir del próximo ejercicio que un posible préstamo se contempla en estos instantes como un paso ineludible para su siguiente etapa profesional.
Jugadores como Darío Brizuela, Santi Yusta, Guillem Vives y, posiblemente, Quino Colom, sin obviar otros extranjeros con la etiqueta de cupos, saldrán este verano al mercado sin que alguno se encuentre ahora mismo en el radar de la dirección deportiva. Solo en un caso de extrema necesidad si Shengelia o Granger abandonan el Buesa en próximas fechas podrían tener la oportunidad de vestir de azulgrana.
Ilimane. El senegalés ha jugado 14 minutos de media en la ACB y poco más de 11 en la Euroliga, aunque desde la llegada de Perasovic fue relegado casi siempre al ostracismo.
Sedekerskis. Tan solo hizo acto de presencia en 9 partidos en la Liga Endesa -8 minutos de media en ellos- y 2 de la máxima competición continental. Aquí disputó en total 9 minutos.
González. 11 encuentros en el frente doméstico con 7 minutos de media. En cinco de sus seis apariciones en la Euroliga, no superó el minuto de juego.
Kurucs. 1 minuto en la ACB.