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Sin aire en el peor momento. El técnico croata no incluyó a su mejor baza (Poirier) en el cinco titular y volvió a poner de manifiesto que su confianza en Ilimane para estas citas de caza mayor es limitada. Tampoco Jones entró en sus planes en la rotación interior. El mal día de los bases o Shields, así como la recaída de Janning al inicio del último cuarto, también arrastraron al Baskonia a la derrota.

vitoria - Vuelven a pintar bastos en la Euroliga, donde el Baskonia se ha quedado ya sin red. No solo resultó un jarro de agua el triunfo del CSKA en el tercer asalto que le devuelve la delantera en la eliminatoria, sino la recaída de Matt Janning de su lesión en la planta del pie que tiene visos de dejarle fuera de combate para lo que resta de eliminatoria. El escolta georgiano enfiló el camino hacia el banquillo al inicio del último cuarto, justo cuando había devuelto las esperanzas al equipo vitoriano con dos triples consecutivos (65-62) en la solitaria ventaja de toda la noche.

Esta sensible pérdida para Perasovic constituyó la antesala del desfallecimiento azulgrana y el despegue definitivo de un CSKA que dominó ampliamente durante varias fases del partido, recuperó la compostura en el epílogo y encontró en Nando de Colo a su particular salvavidas para tumbar la resistencia de un Kirolbet con las fuerzas al límite. El conjunto vitoriano carece ya de nuevas balas en la recámara y se halla ante el peor escenario posible. Mañana deberá solventar un primer match ball en el Buesa Arena y, caso de hacerse fuerte al amparo de los suyos, se enfrentará al reto más difícil posible como profanar la semana que viene el Megasport Arena. Nada está perdido, pero el ansiado billete para la Final a Cuatro representa un objetivo únicamente al alcance de creyentes.

El botín de un valor incalculable conquistado en la segunda entrega del Top 8 se evaporó en una noche torcida desde el salto inicial donde el Baskonia se quedó corto en todas las facetas. Pese al atisbo de mejoría tras el descanso, el exceso de ansiedad, el absentismo de piezas básicas del engranaje (Shengelia, Voigtmann, Shields o Vildoza), algunos errores inoportunos desde el tiro libre y la permisividad defensiva ante De Colo le condenaron a un funesto desenlace.

El virtuoso francés, inédito hasta ahora en la serie, anotó 14 de sus 28 puntos en un cuarto final donde Itoudis se sacó un inesperado conejo de la chistera para terminar de cercenar las esperanzas alavesas. Con Hunter eliminados por las faltas y Hines también al borde de ser expulsado, surgió la figura de Bolomboy -más fresco que nadie obviamente- para dotar de una mínima consistencia al juego interior moscovita, de nuevo en evidencia ante el colosal despliegue de un Poirier insuficiente.

El Baskonia fue un constante quiero y no puedo durante muchos minutos, pero sorteó varias fases críticas gracias a sus toneladas de orgullo e incluso vio la luz en el arranque del último cuarto gracias a los regalos de un visitante vulnerable por todos sus poros. Pese a su constelación de estrellas en el perímetro, el CSKA dejó entrever que difícilmente podrá reinar en esta Euroliga con una pintura tan raquítica en cuanto a centímetros.

El cuadro ruso llegó con el cuchillo en la boca al Buesa Arena y desde el salto inicial dejó entrever sus intenciones de imponer nuevamente la lógica. La inclusión de Vorontsevich y De Colo en el cinco inicial permitió a Itoudis encontrar soluciones al atasco ofensivo de los suyos en el segundo duelo. El Baskonia contuvo el chaparrón inicial como pudo y no dio señales de vidas hasta el ingreso de la segunda unidad. La aparición de Poirier y Hilliard le permitió agarrarse al partido, aunque la iniciativa en el marcador y el dominio del tempo siempre correspondieron a un gigante ruso para colmo de males atinado desde la larga distancia con grandes porcentajes en la primera mitad.

Tras el descanso, las prisas también fueron unas malas consejeras en cada acercamiento vitoriano. Fueron minutos en los que el CSKA dejó de vivir tan cómodo como en la primera parte y empezó a ver las orejas al lobo ante la subida de los decibelios defensivos locales. El Kirolbet hizo lo más difícil, tuvo en Poirier a su guía espiritual y Janning llevó el delirio a las gradas merced a su precisión exterior. Sin embargo, la salvaje dinamita exterior rusa, con De Colo como maestro de ceremonias, terminó por congelar los ánimos de un Buesa resignado a la evidencia de un visitante superior.

El salvavidas ruso. Nando De Colo había pasado de puntillas hasta ahora por la serie, pero ayer causó un destrozo irreparable en un Baskonia que no encontró la forma humana de detenerle. 14 de los 28 puntos del galo llegaron en el último cuarto, justo cuando dos triples de Janning habían propiciado la única ventaja vitoriana de toda la noche (65-62).

Siempre a remolque. Salvo en tramos muy puntuales tras el descanso, el CSKA se mostró esta vez superior a un Baskonia demasiado ansioso y tierno en algunas fases y en el que Poirier constituyó un faro insuficiente en pos de la victoria. Jugadores básicos del engranaje azulgrana estuvieron muy lejos de su nivel habitual.

De nuevo inconmensurable en la pelea interior. Su entrada fue determinante para que el Baskonia se agarrara con fuerza al partido. La aparición final de Bolomboy le frenó en seco.