vitoria - El baloncesto moderno parece condenado desde hace tiempo a alejarse de la canasta y elegir a los más fuertes entre quienes más acierto demuestren en el lanzamiento desde la larga distancia. Sin embargo, el Kirolbet Baskonia apostó ayer por la vieja escuela y con el dominio de la zona como principal argumentó cimentó una victoria sobre el Morabanc Andorra que debió haber sentenciado bastante antes de que la bocina indicase la conclusión de los cuarenta minutos de tiempo reglamentario.
Más allá de las sensaciones, un simple repaso a la estadística final de la contienda sirve para confirmar la claridad con la que se inclinó la balanza hacia el lado local en este apartado del juego. De esta manera, los de Velimir Perasovic anotaron nada menos que 42 puntos en la pintura por los solo 30 que fue capaz de lograr su oponente. Pero es que la batalla del rebote también tuvo un vencedor indiscutible. El conjunto azulgrana se hizo con 43 capturas por los 29 de un adversario que se mostró incapaz de contener esta hemorragia masiva de ninguna manera.
La superioridad local no se limitó únicamente a su propia canasta sino que se trasladó igualmente a la del Andorra. Algo que destaca especialmente teniendo en cuenta que el rebote ofensivo no acostumbra a ser precisamente uno de los puntos fuertes alaveses. En la Liga ACB promediaba hasta ayer nueve capturas en el aro rival. Una cifra que alcanzó ayer a falta de cuatro minutos y medio para la conclusión del segundo cuarto. Al final, los de Velimir Perasovic acabaron con quince capturas ofensivas -destacando especialmente las cuatro de Shields y las tres de Shengelia- que les dieron segundas oportunidades enormemente valiosas.
Como lógica consecuencia, los integrantes del juego interior azulgrana se convirtieron en los principales puntales del equipo para acabar derribando la dura resistencia de un Andorra que no bajó los brazos. Así, entre Shengelia (19), Poirier (18) y Voigtmann (15) firmaron la mitad (52) de toda la valoración azulgrana.