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Máxima seriedad. El técnico croata volvió a contar con Jones en la rotación interior y relegó al anonimato a un Shengelia todavía falto de ritmo. Por lo demás, fue un partido propicio para repartir minutos entre casi todos los integrantes del plantel debido a la escasa oposición del Murcia. Garino también dispuso de una buena ración de protagonismo para ir ganando rodaje de cara al ‘Top 8’.

Diferencias ostensibles. Entre un cuartofinalista continental y un candidato al descenso de la Liga ACB, existen desequilibrios latentes. A diferencia de lo sucedido hace días en el Príncipe Felipe de Zaragoza, el Baskonia plasmó su superioridad frente a un humilde incapaz de plantear cierta oposición por culpa de un desmedido número de pérdidas.

Voigtmann, arrebatador. El elegante alemán fue la punta del iceberg de un Kirolbet extremadamente serio y práctico que, sin hacer nada del otro mundo, firmó una victoria sin sobresaltos. Con su alta cadencia anotadora y su visión desde el poste bajo, endulzó una matinal insípida en la que el anfitrión perdió la fe desde el comienzo.

Coser y cantar aun compitiendo con el freno de mano puesto. El Baskonia quemó ayer sin grandes sobresaltos una nueva etapa de la fase regular de la ACB, donde sigue colocando el aliento en la nuca al Real Madrid y no detecta aparentes peligros por detrás que puedan comprometer una tercera posición a buen recaudo. Ni siquiera le hizo cosquillas el Murcia en un duelo insípido que constató las siderales diferencias entre un cuartofinalista de la Euroliga y un modesto que deberá remar hasta la extenuación en su pelea por la supervivencia liguera. Fue un triunfo incontestable pese a los lógicos brotes de relajación acaecidos en el epílogo que dispararon los registros pimentoneros en ataque y propiciaron un marcador más decoroso para los locales.

A diferencia de lo sucedido en la última salida doméstica al Príncipe Felipe, el Kirolbet no se permitió en esta ocasión ninguna bajada de tensión ni titubeó lo más mínimo ante un rival angustiado para tratar de huir de la quema. Entre la evidente seriedad vitoriana y la anarquía de un UCAM agrietado por sus incesantes pérdidas, el encuentro terminó retratando la abismal superioridad física y técnica de un visitante que pudo aislarse de la inflamación instalada en unas exaltadas gradas contra la labor del trío arbitral.

El Baskonia impuso la lógica más aplastante en una cancha que perdió la fe en los suyos desde el cuarto inicial, momento en que dos triples consecutivos de Luca Vildoza metieron el miedo en el cuerpo al bloque de Sito Alonso. Cada tibio acercamiento levantino en el marcador siempre fue contrarrestado por un maratoniano azulgrana varios puntos por delante en cuanto a músculo, físico, envergadura y talento en todas las demarcaciones.

Si bien las ventajas nunca alcanzaron una magnitud colosal, el Murcia apenas protagonizó aislados intentos de rebelión durante una matinal propicia para el reparto de esfuerzos. Sumamente acelerado y ansioso, el cuadro local se pegó un tiro en el pie con sus inocentes pérdidas -muchas de ellas en contragolpes de dos y hasta tres contra uno pésimamente finalizados- y también debió convivir con el individualismo de Askia Booker, cuyos tiros fuera de lugar le introdujeron en un callejón oscuro.

El vitoriano fue un bloque rocoso y aguerrido en el plano colectivo que encontró en Johannes Voigtmann a su principal faro ofensivo. El alemán, de nuevo arrebatador, volvió a tirar del carro con esa versión tan polifacética y diferencial desde la lesión de Toko Shengelia. Su pegada desde el 6,75, su capacidad para ejercer como trailer al contragolpe y su asombrosa habilidad para generar juego desde el poste bajo pusieron en órbita al Baskonia.

shengelia, sin apenas minutos Fue la punta del iceberg de un equipo que halló las alternativas suficientes en el banquillo para no ver comprometida su integridad en ningún momento. Shavon Shields y Darrun Hilliard ejercieron como escuderos de lujo en una matinal sin grandes reivindicaciones en el plano personal. Ambos estadounidenses ofrecieron su cara más reconocible, elevando el nervio atrás y brindando soluciones ofensivas gracias a su precisión exterior.

Al Murcia le faltó talento pero, sobre todo, fe. Los contundentes parciales que encajó al inicio de cada cuarto le dejaron herido de muerte. Solo Milton Doyle y el madridista Dino Radoncic, que soliviantó los ánimos azulgranas en la recta final con una falta muy fea sobre Jalen Jones que puso incluso en peligro la integridad física del estadounidense, provocaron algunos apuros en el entramado defensivo visitante, que cercenó todas las vías de anotación para un equipo de gatillo fácil como el pimentonero en las últimas jornadas.

Con una cadencia constante a la hora de percutir contra un adversario sin centímetros ni talla física, el Baskonia también extrajo petróleo de su abismal superioridad bajo los aros. Perasovic devolvió al primer plano a Jones y mantuvo esta vez en el anonimato a Shengelia, todavía en plena búsqueda de su tono ideal y sin minutos en la segunda parte ante la escasa amenaza del UCAM. Tras muchos meses parados, el georgiano solo dispondrá de una última oportunidad ante el Andorra para recobrar la confianza. Por primera vez en mucho tiempo, a Perasovic y sus pupilos se les presenta una semana exenta de compromisos para llenar el tanque de gasolina en vísperas del envenenado Top 8 ante el CSKA.

Absolutamente diferencial en otro duelo donde se ensañó contra un equipo sin alma desde el salto inicial. Su instinto asesino y su clarividencia desde el poste bajo allanaron el camino.