Vitoria - El Buesa Arena se prepara este jueves para un duelo de altísimo voltaje y de una trascendencia sideral. Buena parte de las esperanzas del Baskonia por incrustar su figura por tercer año consecutivo en el Top 8 pasan ineludiblemente por tumbar a un forastero amarillo en clara línea ascendente. No en vano, aterriza en la capital alavesa el que muchos entendidos consideran en este instante el equipo más en forma del Viejo Continente, una máquina de desfigurar rivales que ha conseguido revivir en la Euroliga cuando todo hacía indicar que protagonizaría otra temporada de lo más decepcionante.
Los números recientes de este americanizado Maccabi asustan, desde luego, al más pintado. Giannis Sfairopoulos, el metódico entrenador griego que se puso al mando de los israelíes el pasado 18 de noviembre, ha obrado el milagro de resucitar a un grupo que deambulaba como alma en pena bajo la batuta de Neven Spahija. Desde que el presidente Simon Mizrahi decidiera dar un volantazo en busca del ansiado revulsivo, los réditos no se han hecho esperar para un Maccabi que, con el ex del Olympiacos en el banquillo, ha sumado ocho victorias en trece partidos. Un bagaje digno de tener en cuenta teniendo en cuenta de dónde venía con el croata al mando de las operaciones (una sola victoria en las nueve primeras jornadas).
El problema añadido para el Baskonia es que el conjunto hebreo, uno de sus numerosos rivales directos en la áspera carrera por el Top 8, llega lanzado al recinto de Zurbano tras una tacada de cuatro triunfos seguidos que ponen de manifiesto su álgido estado de forma. Algunas de sus recientes víctimas, además, han sido ilustres. Las devastadoras exhibiciones ante el CSKA (76-93), el Barcelona (99-83) -al que llegó a ir ganando por 38 puntos en el tercer cuarto- o el Panathinaikos (84-75) dejan entrever un equipo rebosante de confianza y que enarbola la bandera de un baloncesto eminentemente físico con un quinteto, a menudo, formado íntegramente por americanos. Con un juego de altísimas revoluciones y transiciones meteóricas, nadie está siendo capaz de atajar a un equipo desbocado que dispara sus dígitos ofensivos con una facilidad pasmosa.
pargo sí; kane no Respecto al último encuentro del pasado 13 de diciembre entre ambos, el Maccabi introduce novedades. Jeremy Pargo, el eléctrico uno-dos que forma una pareja explosiva junto a Scottie Wilbekin, ya ha dejado atrás sus problemas de espalda que le han mantenido fuera de la circulación hasta hace dos semanas. Quien no estará en el Buesa Arena, por contra, será DeAndre Kane, lesionado en los isquiotibiales en el triunfo israelí ante el Barcelona y que permanecerá más de un mes alejado de las canchas.
Después del inesperado tropiezo ante el Darussafaka, el Kirolbet está obligado a salvaguardar su integridad como local. Y es que, además de un triunfo capital, se pone en juego el basket average, que amenaza con ser decisivo para determinar quién sigue adelante y quién se queda por el camino. Los alaveses se impusieron por una renta escasa (79-81) en el Menora Mivtachim Arena, de ahí que en caso de superar otra vez a este renacido clásico de la Euroliga le aventajaría en una victoria que, en realidad, serían dos.
El Maccabi viene de aplastar el domingo por un contundente 105-77 al modesto Hapoel Gilboa en su torneo doméstico en un duelo donde siete jugadores de Sfairopoulos consiguieron 10 ó más puntos.