Vitoria - Tras un largo rastreo de mercado, el Baskonia ha dado por fin con ese tres-cuatro que palíe la principal carencia que arrastra no solo desde el arranque de esta temporada sino prácticamente desde el verano de 2017. Jalen Jones, un jugador de perfil bajo, cubrirá dicha demarcación junto a Johannes Voigtmann, los encargados de mitigar la ausencia de larga duración de un Tornike Shengelia sobre el que todavía no hay un pronóstico definitivo pero que podría perderse lo que resta de temporada si, como así parece, tiene roto el cruzado de su rodilla derecha.
La de ala-pívot es, posiblemente, la demarcación más crítica dentro del Baskonia en los últimos tiempos. Tras el adiós de Kim Tillie al término del curso 2016-17 -el francés no recibió una oferta de renovación tras acabar su contrato y emigró al Olympiacos-, la entidad del Buesa realizó una apuesta total por Shengelia. Hasta el punto de convertirle en uno de los jugadores mejor pagados de toda su historia tras acometer dos renovaciones que han evitado su marcha a un grande de la Euroliga o la NBA.
La jerarquía de la estrella georgiana alcanza tal magnitud que los rectores azulgranas han despreciado durante todo este intervalo la imperiosa necesidad de contratar a un escudero que le descargara de responsabilidad. Con un contrato astronómico que se acerca a los dos millones de euros anuales y la evidencia de que jugaría no menos de 25-30 minutos por partido, el mensaje que se ha trasladado desde las oficinas del recinto de Zurbano es que no existía ningún tipo de urgencias para reforzar dicho flanco. Si el Baskonia se ha sostenido en pie ha sido gracias a la polivalencia de Voigtmann, reciclado al puesto de cuatro durante la pasada temporada y que conformó junto a Vincent Poirier la pareja de torres gemelas.
jones, penava y otro jones A finales de noviembre de 2017 aterrizó Kevin Jones, un temporero que cumplió sobradamente a la hora de oxigenar a Shengelia pero que abandonó el Baskonia en vísperas del asalto a la Copa del Rey de Las Palmas. De ahí a la conclusión del último ejercicio, fue el alemán quien ejerció casi a tiempo completo como única alternativa del georgiano. Sin embargo, era evidente que, de cara al inicio de esta temporada, una de las grandes prioridades del club vitoriano debía ser la contratación de un ala-pívot que elevase a cinco el número de efectivos para el juego interior.
El asunto se enquistó durante el pasado mercado estival. Llegaron al Buesa Arena infinidad de ofrecimientos de jugadores contrastados, pero el Baskonia tenía claro que no podía efectuar ningún dispendio oneroso por ese objeto de deseo en cuestión ni tampoco era aconsejable que este discutiese la supremacía en un puesto como el de Toko renovado a precio de oro. El perfil no era otro que el de un baloncestista joven y con margen de crecimiento que se amoldase a unos estrictos parámetros económicos.
A la postre, el elegido fue un desconocido como Ajdin Penava, procedente del baloncesto universitario estadounidense y sin experiencia alguna en Europa. El bosnio, que no ha entrado en los planes de Pedro Martínez ni de Velimir Perasovic, se mantiene como una apuesta de futuro, aunque todavía queda un largo camino para saber si realmente estará a la altura de la exigencia que implica un club como el Baskonia. De momento, hay más dudas que certezas respecto a un joven baloncestista relegado al ostracismo. Ni dispone de minutos en Vitoria ni tampoco se ha optado por una cesión, a diferencia de otras promesas reclutadas en su día por la entidad alavesa.
La última apuesta azulgrana se llama Jalen Jones, un cuatro carente de un pasado rutilante que, al menos, sí supondrá una rotación más para Perasovic, que ha manejado una rotación de solo ocho efectivos en los últimos tiempos ante la plaga de lesiones. Con el arranque de la Copa del Rey y un tramo crucial de la Euroliga a la vuelta de la esquina, el simple hecho de que Voigtmann disponga de un recambio en el banquillo ya constituye un alivio. - O. San Martín