Es la pregunta recurrente y, a menudo, incómoda con la que Velimir Perasovic debe lidiar en cada rueda de prensa previa y posterior a los partidos. ¿Tiene previsto fichar el Baskonia para paliar su epidemia de bajas? Ayer no fue una excepción en víspera de la llegada del Armani al Buesa Arena y lo cierto es que la respuesta del preparador croata dejó un halo de decepción en el ambiente y elevó el desasosiego de unos aficionados que no aciertan a entender la parálisis de las altas esferas a la hora de reforzar un plantel tan corto y exprimido hasta límites insospechados.

“No lo veo nada claro. Puede ser que al día siguiente hagamos un fichaje y os esté mintiendo, pero ahora mismo no tenemos nada. Esto se mueve tan rápido que nunca sabes. En este instante no puedo decir nada sobre esto. A lo mejor, hace dos días pensaba que podíamos conseguir algo, pero ahora únicamente pienso en el equipo que hay. Si viene alguien bien, fenomenal. Si no, qué vamos a hacer. Hay otras personas que se ocupan de esto. Yo daré el visto bueno si al final viene alguien, pero esto no está en mis manos”, confesó Perasovic, quien precisó que se busca en el mercado “un cuatro y un exterior con la mayor calidad posible”.

Obligado a jugar con apenas siete efectivos en los últimos dos partidos ante el Gran Canaria y el Joventut, excluyendo la contribución testimonial de Ajdin Penava y Miguel González, el Baskonia encara cada partido como una cuestión de supervivencia. Sin embargo, lejos de conceder algún respiro a los varios tocados, mostrar su hartazgo por la situación y exteriorizar a los cuatro vientos que necesita auxilio en forma de caras nuevas, el técnico balcánico se niega a levantar el pie del acelerador o buscar excusas a la hora de que sus contadísimas piezas sanas no den el máximo.

“Si guardo jugadores, sería peor. Podríamos no entrenar durante tres días seguidos y seguro que todos estaríamos bien y sanos, pero esa no es mi filosofía de ver las cosas. El otro día nos enfrentamos al Joventut y hubo dos esguinces de tobillo, pero... ¿Qué vamos a hacer? ¿No jugar rápido? ¿Les digo a los jugadores que no penetren? Algún día parará esta mala suerte”, constituyó la arenga de casi dos minutos de Peras, para quien la vuelta del Pato Garino brindará “más tranquilidad” a un equipo que hoy mismo podría disponer ante el Armani de una rotación de nueve jugadores si finalmente el alero argentino se halla en condiciones de reaparecer tras el esguince de rodilla sufrido a finales de noviembre.

“dificultades habituales” Para el técnico nacido en Split, consciente de que un discurso así de duro gusta sobremanera en las altas esferas azulgranas, el Kirolbet saldrá fortalecido de este tramo de la temporada en el que le ha mirado un tuerto y algunos jugadores están acumulando una ingente cantidad de minutos en sus piernas. “Estas dificultades por el camino son habituales en un equipo de baloncesto. Tampoco debemos conceder excesiva importancia a esto. Lo importante es no sufrir más percances, pero también no entrenar con miedo. Si no trabajamos duro, jugaremos mal. Yo soy de la opinión de que hay que entrenar bien siempre. A lo mejor no tanto tiempo, pero guardar jugadores sería un error”, remarcó Perasovic, que no rebajará ni un ápice el listón de la exigencia a sus discípulos.

Igual de contundente se mostró cuando fue cuestionado por el rol testimonial de Penava, que ni en las circunstancias más desfavorables se ha convertido en un interior de cierta utilidad a la hora de descargar de minutos a Voigtmann, el único cuatro puro de la plantilla azulgrana tras la grave lesión de rodilla de Shengelia. “Es un jugador más del equipo que no ha dispuesto de muchos minutos por decisión técnica. No puedo decir nada más. Cuando le vea que pueda jugar, le meteré. Ahora mismo, hay compañeros que están por delante de él que son mejores”, concluyó el balcánico, quien habló del Armani para elogiar que “es un equipo construido para disputar el play off de la Euroliga”. - O. San Martín