Hay ocasiones en las que, por mucho que uno se empeñe, el muro contra el que se estrella resulta imposible de derribar. Eso fue precisamente lo que le ocurrió ayer al Baskonia en opinión de su entrenador, siendo la pared contra la que se estampó su absoluto estado de descomposición en los cuartos iniciales del encuentro ante el Tenerife. “Nuestra primera mitad fue tan mala que fue imposible remontar. Después del descanso estuvimos mejor y llegamos a tener nuestra opción poniéndonos a dos puntos pero no supimos culminar”, resumió Velimir Perasovic.
Un análisis tan contundente como claro de lo sucedido ante el Iberostar y al que el preparador croata no trató de poner ningún paño caliente. “Nuestra puesta en escena ha sido horrorosa”, espetó. Un pésimo comienzo que, como no podía ser de otra manera, acarreó unas dolorosas consecuencias para la escuadra alavesa. “Cuando empiezas un partido sin energía, sin concentración y sin velocidad siempre lo pagas muy cara”, significó un Peras que, al menos, trató de rescatar lo poco positivo que ofreció la contienda. “En la segunda mitad estuvimos mucho mejor y llegamos a tener opciones pero ya era muy complicado. El equipo rival también sigue jugando y mete canastas...”, apuntó.
En cualquier caso, lo que dejó entrever el preparador baskonista es que piensa extrar conclusiones de lo sucedido y trasladó un mensaje contundente a sus discípulos. “Este partido nos tiene que hacer pensar mucho cómo nos ha podido pasar esto. Porque el cansancio no puede ser ninguna justificación. En ese caso tendríamos que haberlo notado más en los dos últimos cuartos, que fue precisamente cuando jugamos mejor. En esa excusa solamente se pueden esconder los débiles”, advirtió el croata a quien tuviese la tentación de hacerlo.