2 Oscar San Martín
vitoria ? No siempre se puede degustar el caviar más sabroso ni lamentablemente el cartel previsto en el Buesa Arena resulta sinónimo de espectáculo todas las jornadas. También toca rumiar de vez en cuando sesiones antipáticas para las que no queda otro remedio que oponer una buena cara. El tempranero horario y, sobre todo, la desangelada identidad del forastero dibujaban ayer un panorama desalentador, aunque el Baskonia terminó cumpliendo con cierto decoro en una tarde que no invitaba precisamente a la diversión ni estaba predestinada a saciar los paladares más exigentes.
Aun con tramos de ceguera y desconexiones notables, acentuados con el desviado punto de mira de la personal con la friolera de 14 errores, la tropa azulgrana se dio un nuevo festín anotador ante un recién ascendido con Ilimane Diop encumbrado por un día como un excelso francotirador. El poste senegalés, intrascendente ante el CSKA con apenas tres minutos de juego, endulzó un trámite que solo podía desembocar en un concluyente éxito azulgrana. De paso, alimentó su autoestimación unos dígitos ofensivos impropios de él y una actuación presidida por la asombrosa confianza en sus tiros abiertos. Al margen de otra minutada para Shengelia que no vino a cuento, nada más reseñable dejó un partido que confirmó la sideral diferencia existente entre dos contendientes con aspiraciones tan desiguales y distanciados por un mundo.
Tras los radiantes fuegos artificiales de la conmovedora victoria ante el CSKA, el duelo programado en la cancha de Zurbano apenas 48 horas más tarde carecía de atractivo y estaba bajo sospecha antes del salto inicial. A la hora de la verdad, los presagios más pesimistas se hicieron realidad durante muchos minutos con un Baskonia empeñado en economizar esfuerzos y sestear más de la cuenta. Con todo, el equipo vitoriano alcanzó nuevamente la centena de puntos con una facilidad pasmosa. Sus salvajes oleadas se llevaron por delante a un Breogán tan batallador como tierno que, pese al buen hacer de Jerome Jordan bajo los aros o su aceptable puntería exterior, acabó devorado por el físico, el vértigo y el espíritu implacable de un Kirolbet ubicado varios escalones por encima.
con el freno de mano puesto El aterrizaje de un forastero de perfil bajo y sumergido en la áspera pelea por la supervivencia liguera debía ser propicio para una tarde sin sobresaltos. Y eso fue lo que ocurrió más allá de la magnífica oportunidad desaprovechada por algún jugador para elevar su crédito. Sin forzar a tope el acelerador, un Baskonia de servicios mínimos quemó con solvencia y autoridad una nueva etapa de la anodina fase regular de la ACB. Lo hizo entre bostezos y con tramos de autocomplacencia hasta cierto punto justificados ante la extrema debilidad del Breogán, que justificó su precario estado físico y anímico.
Poco importaron las desatenciones en el rebote o los continuos errores desde la personal, un mal endémico que se viene acusando desde el comienzo de la temporada. Pese a sus imperfecciones, la altanería del Baskonia resultó pavorosa para desasosiego de un visitante que no pudo evitar un severo correctivo pese a su aseada imagen o el incisivo carácter de varios integrantes de Natxo Lezkano. La misión encomendada al portugalujo de salvar a un grupo como este lisiado Breogán ?al que la baja de Henk Norel le ha golpeado de lleno en el corazón? con una materia prima tan escasa se presenta tortuosa y repleta de espinas.
A las puertas de una semana infernal y con desplazamientos maratonianos en el horizonte, el plantel alavés se aplicó lo estrictamente necesario con el fin de no ver comprometida su integridad. Ni siquiera le hizo falta colocar una quinta o sexta marcha para plasmar su superioridad ante un Breogán animoso pero con unas limitaciones terribles. Fue, en definitiva, la tarde soñada para que Perasovic concediera una tregua a sus piezas más exigidas y repartiera equitativamente los minutos. Miguel González hizo acto de presencia en el epílogo, no así un Penava vestido de calle que lleva camino de convertirse en un expediente X durante esta temporada. Tel Aviv y Santa Cruz de Tenerife son las próximas paradas de un Baskonia que también necesita afilar sus garras lejos del Buesa para confirmar su progresión. l