vitoria - El Real Madrid certificó ayer el quinto desencanto del Baskonia en una final de la Liga ACB. El equipo vitoriano, cuarto club con más entorchados ligueros en su palmarés tras el Real Madrid (34), el Barcelona (18 ) y un Joventut muy venido a menos (4), ha vivido un nuevo desenlace fatídico en la pelea decisiva por el título y no ha podido equilibrar su balance de victorias-derrotas en esta ronda a la que ha llegado en ocho ocasiones a lo largo de su historia. De momento, el balance es de tres éxitos (2002, 2008 y 2010) por cinco decepciones (1998, 2005, 2006, 2009 y 2018), algunas de las cuales llegaron a lo más hondo del corazón por la terrible crueldad con que se escurrió la gloria de las manos.
El Real Madrid se ha convertido en el verdugo azulgrana por segunda ocasión, al igual que lo fueron anteriormente el TDK Manresa, el Unicaja y el Barcelona. Por contra, los dos entorchados a nivel doméstico tuvieron como víctimas a los culés -por partida doble- y a los malagueños. El único consuelo es que, tras varios años de travesía por el desierto en los que no estaba dando con la tecla para optar a la gesta, el Kirolbet ha recuperado la aureola de conjunto competitivo hasta en las más adversas circunstancias y se ha reconciliado definitivamente con una afición que ha vuelto a vibrar como en sus mejores tiempos.
Quizá por venir de una época de vacas flacas en cuanto a resultados sabe algo mejor este subcampeonato que otros del pasado. Únicamente el campeón de la Euroliga ha sido capaz de detener con extremo sufrimiento a la locomotora baskonista renacida de la mano de Pedro Martínez y que dejó en la cuneta con anterioridad a dos pesos pesados como el Unicaja y el Barcelona.
En la actualidad, lucen tres coronas de monarca de la Liga Endesa en las vitrinas del Buesa Arena pero bien podrían haber sido cinco de no acontecer dos chascos monumentales. La sorprendente derrota de hace dos décadas ante el modesto Manresa de Joan Creus y los fatídicos 43 segundos del 2005 ante el Real Madrid se mantienen como los episodios más fatídicos en la historia del club vitoriano, instalado en la élite desde tiempos inmemoriales.
cornadas profundas Con Sergio Scariolo como timonel en el banquillo y una plantilla de muchos quilates en la que figuraban, entre otros, Elmer Bennett, Misha Beric, Juan Alberto Espil, Pat Burke o Brent Scott, el Baskonia tardó en inaugurar su cosecha de títulos. En parte por la sorprendente derrota que le infligió el cuadro afincado en el Bagés en 1998. Tras perder el asalto inaugural en la prórroga (83-95), los alaveses se vieron obligados a remar contra corriente ante un modesto, a priori, inferior en el que Joan Creus marcó siempre la pauta en la dirección y otros jugadores en manos de Luis Casimiro como Bryan Sallier y, sobre todo, Derrick Alston se vieron catapultados a la fama.
Siendo dolorosa, aquella derrota no tuvo ni punto de comparación con el drama que el Baskonia padeció en 2005. El Buesa Arena ya saboreaba un éxito sonado a falta de 43 segundos en el quinto encuentro de la final ante el Real Madrid. Con 69-61 en el marcador, se desató una de las tragedias más crueles en el mundo del deporte para cualquier equipo.
La catástrofe adquirió tintes sangrantes con errores propios de patio de colegio, algunos muy groseros al poner el balón en juego desde la línea de fondo, que se vieron castigados en el último instante por la muñeca de Alberto Herreros. El ahora director deportivo merengue clavó la puñalada definitiva con un triple grabado a fuego en la memoria de los aficionados azulgranas, aturdidos durante mucho tiempo por una pesadilla ideada por el peor de sus enemigos.
El curso siguiente, en 2006, tampoco sería el de la redención. El Baskonia también se topó en aquella final contra otro hueso duro de roer como el Unicaja, que no dio ninguna opción con un inapelable 3-0. La formación dirigida en aquel instante por Velimir Perasovic se mostró impotente ante un adversario andaluz con el roster más pujante de su historia. Jorge Garbajosa, que por entonces vivía los años dorados de su carrera -ese verano terminaría emigrando a los Raptors de Toronto-, contó con escuderos de lujo como Pepe Sánchez, Marcus Brown o Daniel Santiago.
La última derrota en una final liguera hasta ayer databa de 2009. Los alaveses vieron enterrados sus sueños frente a un pletórico Barcelona que, tras robar la ventaja de campo sobre la bocina (80-82) en el primer pulso en el Buesa Arena, sentenciarían en el Palau Blaugrana. Aquel cuadro catalán, muy poderoso bajo los tableros con Ersan Ilyasova, David Andersen o Fran Vázquez, impidió que el Baskonia fuese capaz de encadenar tres títulos consecutivos entre 2008 y 2010.