vitoria - Entre hoy y el martes, si el Baskonia o el Real Madrid suma la victoria en el tercer y cuarto duelo de la final, el Buesa Arena podría tener el honor de ser la última cancha europea que vea in situ las evoluciones de Luka Doncic antes de su cantado desembarco en la NBA. El niño prodigio esloveno, al que todas las páginas especializadas del draft de la NBA colocan en el Top 3, apura sus últimas semanas a este lado del Atlántico antes del vivir el sueño americano.

Habida cuenta de su especial motivación para despedirse a lo grande del Real Madrid, se esperaba que su concurso en esta final fuera mucho más determinante, pero el Baskonia ha conseguido minimizar hasta ahora el impacto de un fuera de serie más terrenal de lo que suele ser costumbre.

Una de las muchas claves para que los vitorianos puedan dar la sorpresa ante el Real Madrid reside obviamente en seguir minimizando la valía de un jugador que no solo brinda ingentes soluciones a nivel individual sino que también propicia el lucimiento de sus compañeros gracias a sus pases de fantasía. Pues bien, entre ambos duelos Doncic totaliza 23 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias, es decir unas medias que, no siendo del todo malas, se encuentran alejadas de lo que ha sido su estelar rendimiento a lo largo de los últimos meses, algo que ha desencadenado un torrente de renococimientos dentro de la ACB y la Euroliga.

Pedro Martínez ha decidido encomendar durante muchos minutos su defensa a un jugador más físico y corpulento que él como Janis Timma. El alero letón ha cumplido, sobre todo en el primer partido. Al internacional esloveno se le ha visto en varias fases incómodo, desquiciado y fuera de sus casillas. Incluso más pendiente de peleas barriobajeras, provocaciones a los jugadores baskonistas y protestas a los árbitros que de erigirse en el líder del Real Madrid.

carroll, un peligro Sus mejores minutos y, por ende, del conjunto merengue se concentraron el pasado viernes en el tercer cuarto, un tramo fatídico donde el Kirolbet perdió el rumbo. Tras una temporada extenuante en la que ha debido tirar del carro, a menudo en solitario, y sostener al campeón de la Euroliga ante las graves lesiones padecidas por otros compañeros, posiblemente esté siendo víctima de un lógico cansancio físico y mental en esta final. En cualquier caso, bien hará el Baskonia en no desfallecer ni un segundo ante una estrella de este calibre cuya magia ya ha despertado signos de admiración en el pasado del Buesa Arena.

Si Doncic está siendo contenido en líneas generales, no puede decirse lo mismo de otros secundarios de lujo en manos de Pablo Laso. De cara a la doble cita en el Buesa Arena, la defensa azulgrana deberá estrechar la vigilancia sobre un killer despiadado con capacidad para causar un estropicio en un abrir y cerrar de ojos. Es difícil producir más que Jaycee Carroll en tan poco tiempo, pero el de Wyoming atesora una innata capacidad para cambiar el devenir de los encuentros gracias a su mortífera pegada y el efecto intimidador que ejerce en los adversarios.