Vitoria - A un horario casi discotequero para evitar la coincidencia con el España-Portugal del Mundial de fútbol en Rusia, el Baskonia se sumerge nuevamente esta noche (22.15 horas) en el WiZink Center en busca del más difícil todavía. Si ya entrañaba serias dificultades derrotar al vigente campeón de la Euroliga en su propia guarida, hacerlo dos veces roza prácticamente lo sobrehumano. Sin embargo, ese es el objetivo entre ceja y ceja para los discípulos adiestrados por Pedro Martínez, con la moral por las nubes tras el conmovedor desenlace de un primer encuentro convertido en una montaña rusa de emociones.

Cumplimentado ya con creces el principal objetivo que se propuso al iniciar su viaje hacia la capital, esto es arrebatar el factor cancha al Real Madrid a las primeras de cambio, los vitorianos encaran el segundo envite sin ningún tipo de presión y confiados en aprovechar las severas urgencias de un Real Madrid ya sin margen de error. Sorprendido por la entereza física y mental azulgrana, el conjunto blanco intentará reaccionar en busca de la igualada antes de que la serie final se traslade al horno incandescente del Buesa Arena.

El 0-1 dibuja un panorama idílico y ofrece la posibilidad de permitirse un borrón en esta jornada. Queda ya claro que la conquista del cuarto galardón liguero de la historia se encuentra a expensas de la fortaleza al calor de la afición, pero supondría un error imperdonable caer en la autocomplacencia o pensar que un rival dotado de innumerables recursos va a besar la lona así como así. Un dragón de innumerables cabezas como el Real Madrid, herido en su orgullo y con varios jugadores muy lejos de su nivel habitual en el primer choque empezando por su estrella Luka Doncic, no ha dicho todavía su última palabra.

el factor tavares El Baskonia es consciente de ello y, por ello, se propone elevar su intensidad y solidez acreditadas el pasado miércoles, donde siempre llevó la delantera en el marcador y resistió con oficio y sangre fría la última embestida merengue capitaneada por el despiadado Carroll. De lo que no hay duda es que ambos entrenadores ya han puesto toda la carne en el asador y no se esperan grandes sorpresas a nivel táctico de cara a una velada donde los dígitos ofensivos pueden verse rebajados.

Pedro Martínez, que ha dotado al Baskonia de una mordiente espectacular en todas las facetas, movió sus piezas con sabiduría en el primer choque. Con su estricta recomendación a Voigtmann de que abriera el campo tras el intermedio, provocó enormes desajustes en la defensa madridista al obligar al gigante Tavares a moverse lejos de su zona de influencia. En este sentido, el acierto triplista del interior alemán volverá a resultar capital con el fin de que el caboverdiano no imponga su ley bajo los aros.

En cualquier caso, el 0-1 no tapa que el Kirolbet necesitará una mayor producción de algunos hombres de banquillo que están perdiendo su protagonismo a pasos agigantados, léase Granger o Garino. En una serie que se presume larga, el entrenador catalán necesitará involucrar al mayor número de soldados para salir airoso de la guerra. Pablo Laso dispone en este sentido de un mayor margen de maniobra con numerosos puestos hasta por triplicado y el técnico vitoriano tratará de que el desgaste físico vaya decantando la balanza hacia su lado.

“Ganes o pierdas en un play off, tienes que pasar rápidamente de página y pensar en el siguiente partido. En caso contrario, te puede pasar factura. Es difícil predecir un guión y, por tanto, habrá que estar preparado para cualquier tipo de encuentro. Deberemos seguir el plan de juego e imponer nuestro ritmo”, declaró Marcelinho Huertas antes del entrenamiento vespertino en Valdebebas, el lugar de trabajo escogido por el Baskonia ante el concierto de ayer por la noche de David Bisbal en el WiZink Center.