Salió cruz. En la moneda al aire en que se convirtió el epílogo del tercer asalto de la semifinal entre el Kirolbet y el Barcelona el conjunto vitoriano se dio de bruces con la desgracia y manchó su hasta el momento inmaculado expediente en los play off por el título. Tuvo en su mano la escuadra de Zurbano la posibilidad de certificar su acceso a la final por la vía rápida pero la deficiente gestión de los últimos segundos le privó de ello. Toca esperar por lo tanto para poder disfrutar del reencuentro con la pelea definitiva por un título tras ocho largos años de travesía por el desierto. No será demasiada larga la espera en cualquier caso. Mañana mismo, el combinado azulgrana tendrá la ocasión de enmendar los errores y emprender el viaje de regreso a Vitoria con un billete a Madrid en el equipaje.
Aunque teniendo en cuenta el frenesí final resulte casi increíble, el encuentro arrancó a fuego lento. La sucesión de esfuerzos sin apenas descanso pasa una lógica factura y ambos contendientes prefirieron regular las revoluciones de su puesta en escena. En el bando local probablemente porque las importantes ausencias con las que ha afrontado esta semifinal han reducido considerablemente los centímetros cúbicos de su motor. Los vitorianos, por su parte, esperaban agazapados a que se presentase la oportunidad ideal para dar el zarpazo definitivo a la serie.
Svetislav Pesis repitió el guión que tan buen resultado le había ofrecido en la primera parte del segundo duelo disputado en el Buesa Arena pero, en esta oportunidad, la agobiante defensa de Jackson y Hanga sobre los bases alaveses ya no pilló por sorpresa al Baskonia. De esta manera, el equipo visitante no repitió la hemorragia de pérdidas de la cita anterior. Tuvo problemas, eso sí, para encontrar con facilidad la canasta rival y para contener a Tomic. El pívot balcánico firmó los seis primeros puntos blaugranas y dejó claro que iba a ser una de las piezas claves de la contienda.
Pese a estas dificultades, el Baskonia no se descolgó en ningún momento en el marcador y mantuvo el intercambio de golpes a la esperar de poder aprovechar un momento de debilidad local. Ambos conjuntos enfilaron el camino de los vestuarios con un pírrico 31-33 en el luminoso, evidenciando que el duelo ni mucho menos se decantaba por la senda del virtuosismo sino por el empleo continuo del pico y la pala.
Ya en el tercer cuarto, cobró protagonismo otro de los grandes culpables de la victoria del Barcelona. El exbaskonista Hanga se echó el equipo a la espalda y durante varios minutos se convirtió en el actor principal sin discusión del duelo. Ocho puntos consecutivos llevaron su firma pero, además, movió a sus compañeros con gran criterio desde la posición de base y ahogó a sus pares con una defensa asfixiante. En otra circunstancia probablemente esta exhibición habría servido para que el adversario tirase la toalla pero si algo ha demostrado este Kirolbet es que no baja nunca los brazos y apura al límite sus opciones por esacas que puedan parecer.
Así lo demostró de nuevo ayer para reponerse a esta sucesión de golpes y arrancar el cuarto definitivo solo dos puntos abajo (47-45). Incluso debió reaccionar de nuevo mediado este período cuando el Barcelona alcanzó su máxima renta de todo el encuentro tras cinco puntos consecutivos de Claver (55-50 a 6.16 para el final). Con un 0-7 de parcial en un abrir y cerrar de ojos devolvió las aguas a su cauce y a partir de ese momento el encuentro enfiló ya su resolución subido al columpio mortal que únicamente deja a uno de los contendientes con vida.
Un triple de Beaubois puso en ventaja a los vitorianos a falta de 59 segundos (64-65). Tomic respondió a renglón seguido (66-65) pero los de Pedro Martínez todavía conservaban la iniciativa con 39 segundos por disputarse. Sin embargo, ahí comenzaron los errores que empujaron al Baskonia a la derrota. Huertas perdió el balón en este ataque clave y cometió falta personal a medio minuto del final. Se antojaba la sentencia alavesa pero el Barcelona todavía concedió otra oportunidad al regalar Hanga la pelota sin siquiera lanzar a canasta a falta de ocho segundos. Sin embargo, lejos de aprovechar el regalo, entre Marcelinho y Shengelia se empeñaron en buscar una acción individual imposible que solo podía acabar de una manera. Con una nueva pérdida y un tiro libre de Heurtel para certificar el triunfo culé. Toca esperar por lo tanto. Ojalá que solo hasta mañana.
Errores definitivos. Una pérdida de Huertas a falta de medio minuto con 66-65 en el marcador y otra posterior de Shengelia cuando solo quedaban ocho segundos y buscaba la canasta de la victoria condenaron al Baskonia.