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Reparto de protagonismo. Con la calculadora en mano para que ningún jugador permaneciese más de 23 minutos en pista. Apenas hubo distinción entre el rol de los titulares y los suplentes ante el Iberostar, un visitante de lo más tierno que permitió al Baskonia economizar energías en el epílogo. Antes de la lógica relajación final, el equipo recuperó muchas de sus señas de identidad.

Ritmo, defensa y altruismo. Antes del absoluto descontrol del cuarto final, el Iberostar se vio atropellado por el dinamismo, el vértigo, la óptima circulación de balón, la dictadura interior y la superioridad física de un Baskonia que contó con numerosos jugadores enchufados en ataque. El equilibrio interior-exterior puso en jaque a los cándidos chicharreros. Dejarse llevar. El Baskonia se mostró muy superior en todas las facetas del juego al cuadro tinerfeño, que se aproximó de forma engañosa en la recta final cuando los vitorianos decidieron levantar el pie del acelerador pensando ya en el cruce de cuartos de final de la Euroliga ante el Fenerbahce.

vitoria - La cercanía del momento culminante de la Euroliga y la cabeza dispersa derivada de la apasionante eliminatoria ante el todopoderoso Fenerbahce podían haber sido una invitación perfecta para incurrir en un grave desliz en la ACB, pero el Baskonia negó ayer cualquier atisbo de sorpresa a un Tenerife esta vez sin las garras afiladas ni la dureza necesaria para refrendar su vitola de bestia negra en el Buesa Arena. No hubo margen para lamentos ante el carácter depredador del maratoniano azulgrana, empeñado en comparecer en el Ulker Sports Arena de Estambul con unas buenas sensaciones y mantener una jornada más a buen recaudo su valiosa segunda posición del torneo doméstico.

Salvo las mínimas ventajas chicharreras en los albores gracias a las canastas de Ponitka y San Miguel, el Baskonia hizo gala de una superioridad incontestable ante un modesto rival de la zona media de la tabla que le viene amargando la existencia durante las últimas temporadas. Consciente de que no puede desatender ya sus obligaciones domésticas por mucho que la Euroliga nuble la vista a más de uno, recuperó su colmillo afilado y agradeció la amenaza procedente de diversas muñecas con el fin de someter a un incesante castigo a un visitante vacío de fuerzas, reo de su nula respuesta física y que a duras penas pudo resistir el inclemente ritmo impuesto desde el arranque por la formación alavesa.

El intercambio de canastas y el vértigo instalado en ambos contendientes beneficiaron los intereses azulgranas en una matinal de guante blanco que se convirtió, por momentos, en un correcalles. Hubo barra libre para anotar desde todos los frentes y de ello se aprovechó un Baskonia más talentoso, largo y generoso que un Iberostar reacio a convertir su canasta en un campo de minas. Los pupilos de Pedro Martínez, que decidieron levantar el pie del acelerador antes de tiempo y se dejaron llevar en las postrimerías, circularon a través de una autopista exenta de peajes. Hasta el punto de acabar los cuarenta minutos con una renta exigua para lo que fue su diáfano dominio, traducido en máximas cercanas a la veintena (79-60).

dominio interior y pujante timma Pese a su progresiva pérdida de rigor o su falta de temple y oficio en los segundos finales a la hora de añadir cloroformo al choque, el Baskonia se topó con el encuentro soñado antes de acometer un reto tan mayúsculo como el inicio del Top 8. Un forastero extremadamente tibio como el insular, secuestrado en diversas fases por el individualismo de Akognon -quien fuera el pasado curso temporero en el Buesa Arena gastó munición a mansalva- y en el que Ponitka confirmó que su sospechosa muñeca le tacha para los clubes de Euroliga, apenas le exigió en una matinal sumamente plácida.

Pese a algunas esporádicas desconexiones o su desmedida relajación con la victoria ya en el zurrón, el equipo vitoriano paseó una abrumadora superioridad respecto a un visitante apocado, desangrado en la pelea física e incapaz de oponer un mínimo de resistencia en la pintura. Se manejaron con solvencia Poirier y Shengelia, sendos demonios para un Iberostar huérfano de músculo, kilos y envergadura para dar respuesta a la dictadura local pese a la pujanza de Tobey. Si en la batalla interior no hubo color, el instinto asesino de Janning y Timma en la cuerda exterior también contribuyó a hacer más grande la herida insular. Pese a la amenaza de las tempraneras faltas, el alero letón se mostró más incisivo que de costumbre ante el aro rival.

Recobró el Baskonia las señas de identidad que quedaron extraviadas durante muchos minutos en la Fonteta. Sus bases imprimieron un elevado ritmo de juego, retornó el altruismo en ataque siempre con un pase extra que favoreció francas situaciones de canasta y se dejó sentir de igual modo en la primera mitad la contundencia atrás con fases de una presión extenuante al hombre del balón, aspecto que propició una cascada de recuperaciones. En definitiva, un grupo más reconocible que en jornadas precedentes al que un Iberostar de trazos muy tiernos apenas le hizo cosquillas. Tras una revitalizadora sesión de baño y masaje, el conjunto alavés se adentrará el miércoles en el infierno turco ante el bloque más granítico, incómodo y pétreo de Europa.

Pese a acumular faltas en el marcaje a Ponitka, por fin se soltó con una excelsa actuación a nivel ofensivo. Esta vez ofreció un variado repertorio sobresaliendo su puntería desde el 6,75.