vitoria - Al margen de las consabidas carencias en la dirección y el puesto de cuatro por la falta de un recambio de garantías para el capitán Toko Shengelia, existe otra demarcación donde el Baskonia confiaba en conseguir un salto de calidad de cara a esta temporada, concretamente la de alero. De momento, no ha podido satisfacer su objetivo. La marcha de Adam Hanga rumbo al Barcelona y el agradecimiento por los servicios prestados a Chase Budinger, al que no se le puso encima de la mesa una oferta de renovación, abrieron un socavón que el club vitoriano sabía cómo cerrar. Muchos meses antes del comienzo del mercado estival, las negociaciones para la incorporación de Janis Timma, un pujante exterior del Zenit de San Petersburgo por el que la flor y nata continental estaba vivamente interesada, fructificaron positivamente. La mitad del trabajo ya estaba adelantado.

El letón debía ser la punta de lanza azulgrana en el tres, pero también resultaba imperiosa la búsqueda de un escudero que le descargarse de responsabilidad durante los próximos meses. El elegido en la recta final del verano no fue otro que Patricio Garino, un argentino deseoso de labrarse un nombre a este lado del Atlántico tras una experiencia poco fructífera en la NBA. El Baskonia estaba seguro de lograr un plus de calidad en un puesto donde Hanga acumuló el pasado curso una desmedida cantidad de minutos hasta el aterrizaje del californiano dedicado ahora al voley playa. Con la salida del magiar, liberaba una de las fichas más onerosas de la plantilla y conseguía recaudar alrededor de medio millón de euros en el derecho de tanteo tras unas ásperas negociaciones con el Barcelona.

A cambio, aterrizaba en Vitoria un recambio con aroma a estrella que, a juicio de los rectores azulgranas, ofrecía una mayor variedad de recursos en ataque y elevaría la dinamita del equipo en los momentos calientes. El cambio de Garino por Budinger respondía, en parte, al deseo de rejuvenecer el grupo y retomar la apuesta por el clásico guerrero argentino que tantos réditos reportó en el pasado.

Pues bien, transcurrida ya la mitad de la temporada, los hechos evidencian que la del tres es una posición donde el Baskonia no ha elevado su cotización con respecto al pasado ejercicio. Básicamente por el discreto rendimiento que está ofreciendo Timma, una de las sensaciones del pasado Europeo de selecciones donde puso los dientes largos a la afición azulgrana. El báltico cautivó en todas las facetas del juego, algo que sirvió para disparar las expectativas respecto a su figura.

el letón, reducido al tiro Reclutado por tres años con un sueldo de estrella en dura competencia con otros clubes, la primera temporada de Timma en Vitoria está dejando un regusto amargo. Su vena triplista ha quedado patente en algunos compromisos, pero no ha exhibido otros registros que permitan diversificar su amenaza. Con defectos para fabricarse canastas tras bote en el uno contra uno, se ha destapado como un simple rematador. A diferencia de un estilista como Beaubois, el principal generador del perímetro baskonista cuando recibe a muchos metros del aro, no está representando un peligro para sus pares más allá de su tiro desde el 6,75.

Pedro Martínez trata ahora de buscar el equilibrio en un puesto donde la sangre caliente de Garino permite al Baskonia elevar el tono defensivo y dar la réplica a rivales extremadamente físicos. El argentino fichado también por tres años, que no destaca por su virtuosismo en ataque, ya ha empezado a discutirle los minutos a Timma, tal y como quedó patente en el último compromiso continental ante el poderoso CSKA. Tras pasar casi de puntillas por la Copa del Gran Canaria Arena, donde actuó poco más de dos minutos en el cruce de cuartos de final ante el Barcelona, en el Megasport Arena compareció como titular y acabó disputando casi el doble de minutos que el báltico. Algo que, en el fondo, es una muy mala señal para el Baskonia porque la distancia entre el titular y el suplente en este puesto debería estar más acentuada.

Hanga-Budinger. El húngaro promedió el pasado curso 12 puntos y 4 rebotes en la ACB, por 10,5 y 4,4 en la Euroliga. El californiano se fue hasta los 6,8 tantos y 3,8 rechaces en el torneo continental, números que incrementó en España (7,5 y 4,9).

Timma-Garino. El letón suma ahora 7,6 puntos y 3,4 rebotes en la ACB; en la Euroliga aporta 8 y 2,7 respectivamente. El argentino firma 3,6 tantos y 1,5 rechaces en España; en la Europa 2,8 y 1,5.