Vitoria - En el poco tiempo que lleva ejerciendo como azulgrana ha demostrado buenas dosis de pundonor, sacrificio y también una honestidad a prueba de bombas. Virtudes de lo más oscuras que, sin embargo, pueden resultar insuficientes para ocupar una taquilla del Buesa Arena hasta la clausura de la presente temporada. Quedan alrededor de tres semanas para que expire el contrato temporal de dos meses que suscribió a finales de noviembre y Kevin Jones afronta en los próximos compromisos su particular contrarreloj con el fin de contraer más méritos ante los rectores baskonistas y el propio Pedro Martínez.

De momento, el rendimiento del estadounidense describe una clara línea descendente desde su llegada al Buesa Arena. Pelea de forma denodada bajo los aros, es un reboteador más que aceptable y deja esporádicos destellos en ataque con una muñeca irregular, pero también florece la sensación de que no es un cuatro del máximo nivel con el que el Baskonia pueda reducir la desventaja que le separa de algunos grandes del Viejo Continente.

Dada la bisoñez de Rinalds Malmanis, el entrenador catalán necesitaba como el comer un escudero para Toko Shengelia y, tras una búsqueda que se alargó demasiado en el tiempo, el elegido fue Jones. Con sobrada experiencia en el baloncesto europeo y una motivación evidente para agradar, sus primeros pasos en el Baskonia fueron brillantes erigiéndose en un fichaje de rendimiento inmediato.

Sin embargo, el neoyorquino ha perdido bastante fuelle y esplendor con el paso de las jornadas. Se ha estancado por completo a la hora de dar un salto de calidad al equipo pese a ser un hombre de la confianza de Pedro Martínez y gozar de una buena ración de minutos en cada velada. Hasta el punto de que su continuidad está ahora en entredicho. En función de las posibilidades que ofrezca el mercado, Querejeta se reserva la opción de prescindir de sus servicios y buscar una pieza de mayores garantías que dispare la cotización azulgrana.

El zoco norteamericano es tan amplio que un club tan inquieto como el Baskonia puede brindar cualquier sorpresa hasta el último momento. Ello siempre que la idea del inquilino del Buesa Arena sea concretar un único fichaje y no dos, para lo cual debería sacrificar a otra pieza de su plantilla en una ACB donde Vildoza ha sido dado de baja. Todo el mundo asume que tampoco será necesario alguien con el cartel de estrella dada la jerarquía de Shengelia, capitán y emblema del proyecto alavés.