Vitoria - Es tan frenético el calendario en el mundo del baloncesto que no se descansa ni en una jornada propicia como la de Nochevieja. Apenas unas horas antes de tomarse las uvas, el Baskonia afronta esta mañana un peliagudo último compromiso del 2017 que debe servir para consolidar sus opciones de ser cabeza de serie en la Copa del Rey. En Murcia le espera un viejo conocido como Ibon Navarro que también trata de apurar sus opciones de hacerse con una plaza para la próxima edición del torneo previsto en el Gran Canaria Arena.
El combinado vitoriano, inmerso ya en una alocada espiral de partidos que le obligará a mostrar una indudable fortaleza física y mental, se ve obligado a dar la réplica al UCAM sin margen material para haberse recuperado del titánico esfuerzo ante el CSKA. En los minutos finales del último encuentro continental llegó con las fuerzas al límite y hoy le espera un anfitrión con el cuchillo entre los dientes que, además, ya le ha dado algún susto a los grandes durante esta temporada.
Como síntoma inequívoco de la exigencia a la que estará sometido, el cuadro pimentonero fue capaz en su día de asaltar el Palau Blaugrana y más tarde se quedaría con la miel en los labios ante el Real Madrid, salvado sobre la campana por los milagrosos triples de Trey Thompkins. Cuando se ha enfrentado a equipos de su nivel, en cambio, el Murcia ha flaqueado más de la cuenta dilapidando así gran parte de sus esperanzas de acceder a la Copa.
El Baskonia aspira a alargar su excelente dinámica victoriosa en el torneo doméstico, donde acumula más de dos meses imbatido y cuyo último borrón tuvo lugar el pasado 29 de octubre ante el Tecnyconta Zaragoza en el Buesa Arena al poco de que Pedro Martínez se hiciera con las riendas azulgranas. Desde entonces, los éxitos ante el Unicaja, el Joventut, el Burgos, el Obradoiro, el Bilbao Basket y el Andorra han permitido a los alaveses entrar de lleno en la pelea por la etiqueta de cabeza de serie para la Copa. Además, todavía queda pendiente el choque aplazado ante el Real Madrid, previsto para el 3 de enero en el Buesa Arena.
La matinal se presenta plagada de dificultades por varias razones. Al margen del evidente cansancio azulgrana y el óptimo rendimiento del Murcia ante los poderosos, muy pocos entrenadores conocen al Baskonia más a fondo que Ibon Navarro. El vitoriano ha dispuesto de toda la semana para estudiar al milímetro las virtudes de su exequipo, donde podría reaparecer Diop tras no jugar ningún minuto ante el CSKA y Garino -dado de alta el viernes en lugar de Vildoza- seguirá acumulando kilómetros en unas piernas faltas de ritmo.
El partido también brindará una oportunidad para la redención a Huertas y Granger, inmersos en un inquietante bache de juego y muy señalados tras el desfondamiento final vivido ante los rusos. Ambos bases necesitan recuperar su mejor nivel para disparar la cotización de un Baskonia cuyo calendario a corto plazo es para echarse a temblar.
El Murcia, donde permanecen lesionados sus interiores Antelo y Faverani, se nutre básicamente de la aportación de sus integrantes del perímetro. Hannah, Oleson y Benite tienen muchos puntos en sus manos, mientras que la temperatura física es elevada por el siempre incandescente Rojas y el fornido Tumba.