vitoria - Si alguien hubiera decidido realizar la pasada semana una encuesta entre los aficionados baskonistas para tratar de averiguar quién iba a ser el azulgrana más destacado en los compromisos del plantel de Pablo Prigioni, probablemente casi ninguno habría apostado por el que, a la postre, se convirtió en la principal referencia de la escuadra de Zurbano. Algo que supone una excelente noticia. Evidentemente no por el hecho de los múltiples fallos en las predicciones sino por haber encontrado el refuerzo más inesperado precisamente cuando más se necesitaba la ayuda. El nombre propio que ha aparecido en escena cuando menos se esperaba no es otro que el de Rodrigue Beaubois, que ha irrumpido con fuerza en escena tras el calvario que ha vivido desde el inicio de la pretemporada con los problemas físicos de su rodilla.

Esas molestias aparentemente irresolubles y que ya lastraron su rendimiento el pasado ejercicio le impidieron ejercitarse con el resto del grupo durante todo el periodo de preparación y, hasta el pasado jueves, únicamente le habían permitido disputar 23 minutos de juego en competición oficial. Incluso cuando su regreso parecía confirmado -como en la visita a Fuenlabrada-, en el último momento aparecía de la nada un jarro de agua fría para dejarlo de nuevo fuera de la lista de disponibles. Esa sucesión de contratiempos había centrado el foco de la preocupación sobre su figura, hasta el punto de que el propio Pablo Prigioni llegó a reconocer públicamente que su evolución se encontraba “en punto muerto” y que no era “optimista a corto plazo” porque no se terminaba de “dar con la tecla”.

Sin embargo, de repente, parece haber aparecido una potente luz de esperanza al final del oscuro túnel que estaba atravesando el jugador galo. Porque lo cierto es que tanto en el duelo del pasado jueves ante el Maccabi como en el del domingo frente al Gipuzkoa Basket los aficionados han podido disfrutar de la mejor versión del escolta francés. Tras no vestirse en Fuenlabrada, Beaubois entró por sorpresa en la convocatoria para el duelo de la segunda jornada de la Euroliga. Con los precedentes que arrastraba en su expediente, no se esperaba demasiado de su aportación pero, para sorpresa de casi todos, fue -junto a Vildoza- el principal argumento de la reacción azulgrana que a punto estuvo de permitir al conjunto vitoriano estrenar su casillero de victorias en el torneo continental.

En los 24 minutos que estuvo en pista anotó 22 puntos con unos excelentes porcentajes para acabar siendo el mejor del equipo con 23 de valoración. Sin duda una excelente carta de presentación teniendo en cuenta que acumulaba casi dos semanas sin poder entrenarse con el grupo y la atípica pretemporada que había sufrido.

Lejos de quedarse en una simple anécdota, apenas tres días después Beaubois se encargó en ratificar que está de vuelta. Frente al Gipuzkoa prácticamente calcó su notable actuación ante el Maccabi (19 puntos en casi 25 minutos de juego y 19 de valoración) con el añadido de ser el autor de la canasta que, a falta de seis décimas para el final, permitió al Baskonia hacerse con un agónico triunfo. Ese precisamente, el de anotador compulsivo y killer en los momentos de la verdad, era el papel que el escolta francés tenía reservado desde su llegada a Vitoria pero, desgraciadamente, los problemas físicos le han impedido desarrollarlo con un mínimo de continuidad. A partir de ahora habrá que comprobar si esta esperada y feliz resurrección se queda en flor de un día o si, ojalá, de una vez por todas Beaubois puede dejar atrás sus problemas físicos y mostrar la calidad que atesora.

Casi inédito. Los problemas de rodilla que arrastra impidieron a Beaubois realizar la pretemporada y, hasta el jueves pasado, solo había podido disputar 23 minutos repartidos en dos partidos.

Explosión. Ante el Maccabi y el Gipuzkoa ha ofrecido su mejor versión, promediando 20,5 puntos (9/11 en tiros de dos, 5/9 en triples y 8/8 en libres), 2,5 rebotes y 21 de valoración en casi 24 minutos y medio.

20,5

Puntos promedia Rodrigue Beaubois en los dos últimos partidos, en los que ha reaparecido tras sus problemas físicos.