Después de que las dos técnicas consecutivas que recibió en las postrimerías del tercer cuarto obligasen a Pablo Prigioni a abandonar la pista del pabellón Fernando Martín descalificado como consecuencia de sus desmedidas protestas al trío arbitral, el preparador argentino no volvió comparecer. Ni siquiera para ofrecer la habitual rueda de prensa a la conclusión de la contienda. En su lugar se sentó se segundo, Sergio Valdeolmillos, que fue el encargado de dirigir al equipo sobre el parqué durante los últimos doce minutos y de analizar públicamente lo sucedido en lo que terminó siendo un nuevo tropiezo del Baskonia.
Al técnico andaluz le tocó el difícil cometido de tratar de explicar las razones de la más que deficiente actuación del plantel del Buesa Arena y, como primer paso, optó por admitir sin ambages que el grupo se encuentra a años luz de lo que puede esperarse de él y que se halla inmerso en una especie de laberinto del que, por el momento, no es capaz de encontrar la salida.
“Evidentemente no es producto de la casualidad que el Fuenlabrada esté donde está. Lo habíamos analizado bastante bien y sabíamos cómo trabaja. Tiene un equipo sólido y equilibrado y jugando una sola competición a la semana pienso que va a ser un conjunto bastante peligroso. Sabemos que esta cancha es también bastante peligrosa pero yo creo que ahora mismo, sin quitarle méritos al Fuenlabrada, el problema es nuestro, porque evidentemente no somos nosotros”, resumió el ayudante de Prigioni.
Mirar hacia adentro Esa falta de identidad actual reconocida por Valdeolmillos ha resultado más que palpable en los últimos compromisos azulgranas y el técnico apuntó a las posibles causas y el camino para resolverlas. “Tenemos que mirar para dentro y ya digo que es un tema de recuperar lesionados, de equilibrar minutos de muchos jugadores que están teniendo mucha carga de minutos y lo están haciendo bien pero evidentemente llegan muy castigados a los finales de partidos. Hacer nuestras rotaciones y ajustes que necesitamos y yo creo que a partir de ahí podremos empezar a construir”, significó.
Otro punto débil de la escuadra de Zurbano en este arranque de la competición es la facilidad con la que los adversarios consiguen sumar puntos ante la escasa oposición defensiva. Un aspecto que el preparador andaluz también asumió y en el que aseguró que el equipo trata de esforzarse. “Estamos trabajando en ello. Creo que estamos recuperando y hemos subido la intensidad defensiva a lo largo del partido. Quizás es más complicado hacerlo fuera de casa que en casa y hemos jugado un partido solo como locales. Pienso que el calendario está siendo duro para nosotros pero te puedo asegurar que Pablo está incidiendo mucho en el trabajo defensivo , los jugadores son conscientes y estamos trabajando para mejorar nuestra defensa”, remarcó.
En cuanto a las claves estrictamente baloncestísticas del duelo de ayer, Valdeolmillos apuntó al arranque del mismo. “Nos ha pesado el comienzo del primer cuarto. Sabíamos que el Fuenlabrada empieza muy fuerte. Creo que hemos planteado bien el partido en el sentido de saber jugar con su ritmo de juego y con esa agresividad que juegan en los cuatro o cinco primeros minutos de cada cuarto. Fundamentalmente del primero y del tercero, que ha sido cuando más nos han castigado pero no hemos estado excesivamente acertados en ataque y yo creo que eso ha llevado también a que la cabeza no estuviera todo lo limpia que tiene que estar para ver tiros más claros. Fallamos cosas fáciles pienso que producto de estar nerviosos, de que nos faltan jugadores, de cansancio, de tener poca rotación, muchos jugadores castigados con muchos minutos y creo que eso ha sido lo que ha determinado el punto de inflexión del partido”, valoró.
Por último, se refirió también a la descalificante que recibió Pablo Prigioni por sus airadas protestas y trató de restarle trascendencia. “Bueno, esto nos ha pasado a todos. Se da una situación de tensión, de nervios y le han pitado una antideportiva y posteriormente una descalificante. No será ni el primero ni el último que le pueda pasar algo así. Hay que intentar que no ocurra pero nos ha pasado a todos”, concluyó.